|Ciruela|

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Levi no vuelve al local hasta dos semanas después.

Entre el dolor y la soledad, sus ojos lucen austeros y sus movimientos ensayados. Eren se le queda mirando durante un largo rato, al principio porque realmente no cree que sea él, después porque como muchas otras veces las palabras mueren en sus labios y se encuentra incapaz de decir algo.

Ha cerrado apenas unos segundos atrás y aunque puede abrir de nuevo e invitar a Levi a pasar, es demasiado tarde para quedarse ahí, así que le invita a su casa, sin pensarlo, impulsado por sus sentimientos.

Levi acepta.

(Tampoco parece pensarlo mucho).

El departamento de Eren no es tan grande y está lleno de floreros y macetas con diferentes tipos de flores, por todos lados, en cada rincón del lugar. Se siente como si la primavera fuese allá dónde Eren fuese.

Eren le pide a Levi que se siente dónde él quiera. Toma su abrigo y lo cuelga por ahí antes de perderse en la cocina para preparar café.

Después de algunos minutos Eren vuelve con dos tazas llenas de café humeante. Le pasa una taza a Levi y con un ademán de su mano le invita a servirse un pastelillo de los que tiene en la mesa.

Levi, sin embargo, mete la mano al bolsillo de su pantalón y saca de ahí una hoja doblada en todas direcciones. Se la acerca a Eren.

—Es para ti.

El corazón de Eren se encoge, toma con precaución la hoja y la desdobla, cuando ve lo que hay dibujado ahí un pedazo de su alma escapa en un sollozo.

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*Ciruela: Cumple tus promesas

Flores y túWhere stories live. Discover now