|Jacinto Morado|

499 110 1
                                    

Levi viene y se queda a charlar.

Nunca hablan de cosas personales.

Ninguno sabe nada además de su nombre. Porque de alguna forma saber más sobre alguien termina creando lazos que quizá podrías lamentar.

(No es que a ninguno le importe).

Se quedan ahí sentados en la mesa de metal que Eren tiene dentro del local. Prepara galletas y té. Sin pretenderlo descubre que Levi ama el té negro, y que muy probablemente su color favorito es el gris. Que su nariz es respingada y fina. Que sus ojos son azules, de un azul muy bonito. Y que sus labios son delgados y muy seguramente suaves, porque nunca están partidos.

Un día, por accidente casi deja caer un cubo de flores, y cuando Levi aparece para ayudar descubre también que sus manos son ligeramente rasposas, pero también muy cálidas. Y que su colonia combina a la perfección con el olor a canela que la piel de Eren desprende.

Eren no se arrepiente de haber descubierto alguna de esas cosas.

Pero a veces se siente culpable.

Así que un día le regala un Jacinto morado.

Y de nuevo agradece que Levi no pregunte el por qué.

.

*Jacinto Morado: Por favor, perdóname.

Flores y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora