|Alhelí de Mahón|

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Antes de que la tarde termine, ambos, Levi y Eren, vuelven al local por algunas flores.

Eren le ha pedido, con temor a ser más indiscreto de lo que ya ha sido, conocer a su esposa. Le ha contado, brevemente, sin demasiados detalles (porque en realidad no hay detalles que dar), que él le ha conocido antes, nunca de nombre, siempre de vista. Solía verla en la misma estación; cuando yo llegaba ella se iba. Y mientras lo relataba recordó que incluso una vez ella estuvo en la floristería.

Eren cree que las casualidades son absurdas. Y que el destino es muy cabrón.

Le da a Levi un ramo de alhelí de Mahón con cornejo. Y entonces se marchan.

Cuando están ahí, frente a la habitación en la que la esposa de Levi está, Eren confirma que, de hecho, éste parece ser un lugar muy solitario y deprimente, lo que le hace preguntarse por qué un lugar así está destinado a sanar personas. Bajo sus propias ideas él pintaría las paredes de un amarillo pálido y dibujaría sobre él paisajes. Los sillones tan rígidos serían suaves, tanto que te hicieran pensar en algodón de azúcar. Y el ambiente tan silencioso sería cortado por ligera música.

Levi le despierta de su ensoñación cuando le toca el hombro.

La puerta ha sido abierta y él, sin saber cómo, ha avanzado dentro de la habitación, de modo que ahora está ahí frente a frente con la esposa de la persona que él ama.

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*Alhelí de Mahón: Siempre me parecerás hermosa.

*Cornejo: Amor que supera la adversidad.

Flores y túOnde histórias criam vida. Descubra agora