|Clavel rosa|

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—Deberías ir — es lo que Mikasa dice.

Eren le mira y suspira. Mueve un cubo de flores de su camino y continúa barriendo.

Mikasa se acerca y le arrebata de las manos la escoba. Pero Eren hace caso omiso a sus acciones y da media vuelta en busca de cualquier otra cosa con la cual distraerse. Mikasa le toma del brazo para que no huya más y le jala, lo hace con la fuerza suficiente como para que trastabillé y pase a traer la maceta de anémonas. La flor favorita de Eren.

Eren se agacha para recogerlas.

—Abandono — susurra. Luego le pregunta si no cree absurdo que le guste una flor tan triste.

—También significa perseverancia — no hace falta que Mikasa le diga lo que ha querido decir con eso.

Eren mira las anémonas entre sus manos. Las palabras de Mikasa se abren paso en sus ideas. De repente se ha convertido en la persona más valiente que conoce y se levanta en busca de algunas flores para armar un ramo antes de salir corriendo.

Mira la hora en el reloj de pared antes de salir. Quedan 20 minutos. Levi aún puede estar subiendo maletas a su auto. El edificio está a 15 minutos a pie, así que si corre... si corre a través del frío que entumece sus músculos...

Si está vez se apresura Eren está seguro de que puede tener una despedida adecuada. Le hubiera gustado haber corrido así hacia su madre, así quizá no hubiese sido demasiado tarde. Pero era necio e imprudente, y ahora que lo recuerda esa mañana se había molestado con ella así que decidió llegar tarde a casa. Al pensarlo, se siente mal por las flores de su madre que ha dejado morir en su jardín.

Corre tan rápido como puede, mientras el frío cala hasta sus huesos ya que ha salido sin su sudadera. Choca con algunas personas, incluso casi cae, pero nada logra detenerle.

Al final, con el corazón en la boca y la respiración dificultosa, Eren se detiene frente al edificio dónde Levi ha vivido éste último año. En medio del cansancio, el entumecimiento y las ilusiones deshechas de su corazón roto, ve a Levi venir hacia él.

—¿Qué haces aquí? — pregunta.

Eren agradece que el ramo que ha hecho luzca decente. —Tenía que entregarte esto.

Son claveles rosas, acompañados de estrellada y nomeolvides, hay también unas ramitas de trébol blanco sobresaliendo.

Ésta es probablemente la última vez que se verán.

Levi le sonríe. El último gesto de su amabilidad.

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*Estrellada: Despedida

*Clavel rosa: Nunca te olvidaré.

*Nomeolvides: No me olvides.

*Trébol blanco: Piensa en mí.

Flores y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora