|Agapanto|

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San Valentín llega y los días tranquilos y apacibles se vuelven en un par de días ajetreados y estresantes. Eren corre de un lado a otro entre sus flores, intentando no olvidar ninguno de los pedidos que le son dichos.

Mikasa ha venido a ayudar. Ella está en caja, y de vez en cuando, arregla algunos ramos, pero en realidad esa tarea se la deja a Eren ya que Eren tiene un Don maravilloso para ellos.

Es a media tarde cuando todo parece estar más tranquilo que ambos se permiten tomar un respiro. Mikasa ríe suavemente mientras se sienta en la mesa de la floristería y ofrece un vaso de limonada a Eren.

Eren acepta el vaso y entonces ambos se encuentran a sí mismos sumergidos en medio de rosas, claveles, margaritas, crisantemos, lirios, orquídeas, como si el lugar estuviese congelado en una eterna primavera.

Es entre ese sentimiento de quietud y relajación cuando Eren escucha la campana de la puerta tintinear y esa silueta tan familiar llegar al local.

Eren sonríe (porque cuando mira a Levi es el primer impulso que llega a él). Y casi de inmediato se pone de pie para ofrecerle el asiento. Pero Levi niega, dice que está de paso, y pide una flor, una flor especial para alguien especial.

La sonrisa de Eren titubea, pero no se desvanece.

Sabe para quién son las flores. Mi esposa. La esposa de Levi.

Eren toma un ramo de agapanto y sin decir nada se lo ofrece a Levi.

Levi le mira con duda.

—No tiene que pagar, es un regalo.

Levi frunce el ceño, está a punto de negarse.

—Es una carta de amor. Y yo quiero dársela (regalársela) para que usted la lleve a ella (por favor no).

Levi asiente. Se despide en silencio.

Es una carta de amor, no es para la esposa de Levi, pero eso nadie tiene porque saberlo.

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*Agapanto: Carta de Amor.

Flores y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora