PASE LO QUE PASE... TE RECORDARE

CAPITULO 26

Me he encerrado en mi departamento durante dos meses. No he visto y ni quiero ver a nadie, ni si quiera a Ana. Se que no puedo olvidar lo que paso pero me es difícil superarlo.

Me he mantenido en pie por Gail y Taylor quienes me obligan a comer y a mantenerme estable, lo único que me mantiene ocupado es mi trabajo el cual esta a tan solo dos semanas para que Inauguré mi empresa, pero al parecer lo haré sólo.

Fui engañado toda mi vida, por mis padres, mis hermanos y por el amor de mi vida. Ana. De ella es quien más me duele, que me haya ocultado lo que sabia, me hirió profundamente, no puedo dormir por que ella aparece en mis sueños, aun que trate no pensar en ella, lo hago y no quiero hacerlo. No se como a estado, ni que a sido de ella.

Continuo tocando el piano, una pieza triste y rota, pero así me siento por dentro. Roto. tengo mi botella de licor encima del piano, tomando unos tragos.

Cuando termino de tocar, me levanto con la botella en la mano y me acerco a la ventana que da vista a seattel.

Siempre que me ponía frente la ventana con la ciudad a mis pies. Me sentía el amo del universo. que tonto fui al creer eso cuando ni siquiera era yo realmente, era una fachada creada por mi familia, y yo de iluso la creí.

El pitido del ascensor retumba en el apartamento anunciando la llegada de alguien. No me importa quien sea solo quiero que se largue.

Sigo con la mirada enfrente, detrás de mi se oyen los pasos de un hombre. Llega a mi lado y recarga su mano en mi hombro y lo aprieta. Se quien es.

-¿Qué haces aquí?- susurro furioso, sin mirarlo.

-queria saber como estas – murmura

¿cómo estoy? ¿Qué espera? que le diga que estoy en un paraíso lleno de flores cantando canciones estúpidas por lo feliz que estoy.

-Mal. Ahí esta tu respuesta, ahora largo – le digo cortante. no lo quiero aquí.

-tenemos que hablar

-para que me digas más mentiras y que todo lo hicieron por mi bien. No te preocupes no es necesario.

-Se que no quieres escuchar a nadie. Pero me vas a escuchar a mi.

-¿y por qué lo aria?

- por que te voy a decir la verdad.

- no quiero

-¡ maldita sea Christian ! si no te lo estoy preguntando. Así que me vas a oír. Pero dame esto – dice y me quita la botella de la mano dejándola encima del piano.

Doy la vuelta observando sus movimientos. Me recargo en el ventanal y lentamente voy bajando hasta llegar al suelo. Elliot se sienta junto a mi. permanecemos en silencio unos minutos.

No se que más mentiras me dirá, pero ya no estoy dispuesto a dejarme engañar. Maldita sea es mi familia y me mantuvieron en las sombras durante toda mi maldita vida. Cada vez que preguntaba por mi niñez a Grace nunca me quiso decir nada, se la quitaba con que fui muy feliz y me distraía diciéndome que le ayudara a prepara macarrones con queso. Yo le creí, cada palabra, cada frase, cada maldita mentira que me decía, ella junto a mi padre eran mi ejemplo, mi modelo a seguir y ahora no son nada.

Mis hermanos, mis cómplices en cada travesura que realizábamos. Juntos. Me lo ocultaron todo.

Mi hermanita callo lo que sabia, solo por que me veía feliz, si lo era. Y como no ser lo en un mundo de mentiras y engaños.

Mi hermano, mi confidente, mi mejor amigo. También me engaño, fue cómplice del plan tan macabro de mis padres. Solo por que era por mí bien. Dudo que le tenga la misma confianza que antes.

Anastasia. La mujer que amo con cada poro de mi piel, con toda mi alma, con todo mi ser, con todo mi corazón. También callo. Es de quien más me duele que me lo haya ocultado. La mujer sin corazón que dice ser mi madre la amenazo, tan vil mente con que si no me dejaba en paz aria que la corrieran de su trabajo y lograría que con mentiras yo la odiara. Me lastimo que por chantajes de Grace ella callara. según ella no quería herirme, pero lo que no creyó es que con más tiempo pasaba, más grande era el dolor que sentiría.

El que siento ahora.

Me he encerrado en estas cuatro paredes para evitar que me hagan más daño.

-Tenias cuatro años cuando llegaste a casa...

comienza hablar.