CAPITULO 34

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- Quiero aclarar que esa señora no me agrada nada, mucho menos la forma tan descarada que tiene de mirarte - me dice Ana con enojo en su voz, se ve hermosa.

-créeme que a mi menos, se intentó acercar a mi cuando era adolescente y de verdad que fue muy traumante.

Seguimos hablando cuando llegamos al escala, subimos al ascensor y coloco el código, vamos en silencio hasta que ella habla.

-y ¿Grace lo sabe? - pregunta confundida, me quedo desconcertado pero segundos después entiendo a que se refiere.

-no, claro que no lo sabe, se hubiera armado un escándalo y lo que menos quería es ser el culpable de ello.

-pero es tu madre Christian deberías habérselo dicho.

-sí, pero mm como sabrás en esa época yo mm ya sabes apenas esta recobrándome del accidente y con leila... - digo lo último un poco incómodo ya que por lo que Elliot me dijo Ana sufrió por ello.

- hay algo que no te he dicho - suelta una risita como si estuviera apenada, la miro con el ceño fruncido sin entender de que habla.

- no más secretos por favor - le digo en tono de súplica. Después de todo lo que me entere es lo que menos quiero ahora.

-no es un secreto, bueno no se realmente como lo tomes - encogiéndose de hombros - vamos a sentarnos en el sillón – me dice en cuanto las puertas del ascensor se abren y entramos al vestíbulo.

-Ana no me asustes por favor – hablo, con algo de miedo en mi voz.

-no es malo créeme – se justifica y eso me hace sentir mejor.

-bueno habla entonces.

Se queda pensando un momento como si estuviera formulando la manera correcta de decírmelo, mierda estoy seguro que estoy temblando de los nervios no sé qué me dirá y honestamente no sé si sea bueno o malo, malas noticias ya no por favor.

-me podrías decir ¿cómo fue que descubriste el engaño de leila? - me dice inclinando la cabeza un poco esperando mi respuesta. ¿Para qué mierda quiere saberlo?, leila ya no está, se fue de mi vida, no sé qué fue de ella y no me interesa.

Pero entre mas rápido hable, mejor, para que podamos comer tranquilamente y alistarnos para la cena de esta noche.

- bien - digo resignado y ella sonríe - después de salir de clase de biología en el instituto fue directo a mi casillero a dejar mis libros y un "detalle" que le daría a leila ya que se acercaba su cumpleaños y no estaría con ella, porque saldría de viaje con mi familia, pero cuando iba a meter mis libros una pequeña nota salió de ellos y cayó al suelo, al principio pensé que era una nota rayada, como las que hacia cuando me aburría, pero note que no era mi caligrafía sino era diferente una suave y delgada, así que la levante y leí lo que decía. Decía que fuera a la biblioteca después de clases y al final tenía la letra A como remitente, pensé en varios nombres pero no supe por dónde empezar así que creí que era una broma pero me gano más la curiosidad así que fui y me la encontré a ella besándose con el que era mi mejor amigo, cuando se dieron cuenta de que los miraba ella se puso a la defensiva alegando que el la había obligado, no le hice caso y me fui directo contra el para golpearlo, no porque ella me importara sino porque me dolió el hecho de que me vieran la cara de estúpido. Le agradeceré toda la vida a esa persona de la nota porque me hizo deshacerme de ella.

-de nada...- murmura Ana y yo la miro con el ceño fruncido sin entender.

-¿que?

-fui yo la que te mando esa nota - dice y suelta una risita mientras se sonroja.

-¿así que?, ¿cómo? - no puedo creer que haya sido ella, ¿en qué momento me puso esa nota?

-ser un ratón de biblioteca tenía sus ventajas – arquea una ceja y suelta una pequeña risa - si te contara a cuantos no vi.

-¿pero como lo hiciste? - no termino la oración ya que no entiendo nada.

-éramos compañeros en literatura yo me sentaba hasta atrás y tu enfrente, claramente nunca me notaste, pero cuando me entere que leila te engañaba sabía que debía decírtelo pero no me conocías decidí que la única forma para acercarme a ti y decírtelo fue esa: con un nota, te vigile después de clase cuidando que no la perdieras para que fueras a la biblioteca y fue así. Cuando llegaste ahí y armaste el alboroto yo estaba en un estante haciendo como que buscaba un libro, pero podía ver y oír perfectamente lo que ella te decía, así que... de nada - me mira encogiéndose de hombros y yo aún no puedo salir de mis asombro.

-dios Ana eres increíble, definitivamente eres mi ángel que me ha salvado de muchas cosas.

-excepto de una – dice mientras su sonrisa desaparece y baja su mirada al suelo.

Sé que se refiere al accidente y a mi pérdida de memoria, pero ella no tiene la culpa de nada.

-hey – tomo su barbilla con mis dedos para que me mire y así lo hace -te amo Anastasia Steele eso nadie lo puede cambiar lo que importa ahora es que estamos juntos y podemos ser felices.

-también lo amo señor grey, gracias por perdonarme – dice con sus ojos llorosos.

No me gusta verla triste, así que la beso, pero no es un beso subido de temperatura, al contrario es un beso tierno y lleno de amor. Si de algo estoy seguro, es que me quiero casar con ella.

PASE LO QUE PASE... TE RECORDAREWhere stories live. Discover now