CAPITULO 30

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Dos meses, dos eternos meses que no sé nada de Christian y me frustra el no saberlo porque lo extraño, entiendo sus motivos y aun que me duela debo entender que ya no me quiere dentro de su vida, solo me dedique hacerle daño desde el momento en que lo deje cuando éramos niños y aun que mis padres quieran levantarme el ánimo diciendo que no soy culpable de absolutamente nada, pero yo siento que sí.

Me he dedicado a trabajar, ayudar a mi madre en la cafetería y a llorar más de lo último que de las dos primeras, inevitablemente pienso que ahora como me siento fue el mismo dolor que experimento Christian asé años

Escucho el teléfono de la casa sonar, no le hago caso, no he querido levantarme de la cama desde que llegue del trabajo a los segundos el teléfono deja de sonar y se escucha la voz de mi madre al descolgar el teléfono.

Poco a poco me sumo en el sueño.

Entro como todos los días muy sigilosamente al cuarto en donde esta Christian, con la ayuda de el señor Grey y con una amiga de mama y le he traído el peluche que me regalo para que lo cuide cuando yo no este. - hola Christian, te traje a toby, así lo he llamado, para que este contigo como yo no puedo estarlo, te quiero y extraño, sobre todo ver tus ojos grises que me gustan mucho, recupérate por favor - le hablo cerca de su oído para que me escuche, poco a poco me acerco a sus labios y deposito un rápido beso asiendo que me ponga como un jitomate - cuando seamos grandes seré tu novia, nos casaremos y tendremos muchos hijos, tal y como me lo prometiste el día que nos besamos por primera vez, pero para que suceda, quiero que dejes de ser un flojo dormilón y que te levantes de esa cama porque no me gusta verte así y si no lo haces me enojare mucho - digo cruzando los brazos y haciendo un puchero. Le doy un beso en la mejilla y acomodo mi peluche junto a su almohada. La puerta se abre de momento y revela a la señora Grey.

-Ana despierta... - la voz de mi madre suena a lo lejos asiendo que me sobresalte, soñé el recuerdo de la cachetada de Grace, fue doloroso lo recuerdo perfectamente, pero estaba junto a Christian y eso hacía que no me importara, instintivamente me toco la mejilla pero recuerdo que mi madre está aquí así que reacciono rápidamente.

-que pasa mamá?­­ - le pregunto mientras me levanto.

-perdón por despertarte, pero quiero que me hagas un favor.

- claro dime que sucede.

-sé que mañana es martes que trabajaras y llegaras cansada pero me ha llamado tu tía y me ha pedido que vaya a verla ya que se ha enfermado, así que quiero que mañana cuando llegues de trabajar me cubras en la cafetería de lo que reste de la tarde y en la noche por favor - dice acariciando mi cabello en un gesto muy maternal.

-claro mamá, cuanta con ello incluso puedo pedir permiso en el trabajo y te puedes ir desde temprano

- oh no, no hija como crees que permitiré que faltes a tu trabajo, además la casa de tu tía no queda muy lejos, puedo ir en la tarde y regresar al otro día temprano.

-está bien como prefieras - digo no muy convencida de su decisión

-bueno la cena ya está lista, así que bajaras, comerás, te darás una ducha y te acostaras a dormir entendido­?

- si mamá.... - le digo en burla, ella solo sonríe y niega mientras sale de mi cuarto.

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Otra jornada en el trabajo y sin ánimos de ir como desde hace dos meses, pero hoy me siento algo diferente como si algo bueno fuera a suceder, dejo mis sensaciones a un lado y me concentro en mis deberes para salir al menos unos quince minutos antes de mi hora de salida, pero como la vida me odia salgo media hora después, mi madre ha pasado a dejarme las llaves de la cafetería ya que si no sería muy noche para que se fuera.

Cuando salgo de la editorial ya ha empezado a oscurecer y comienza hacer un poco de aire, ahora me arrepiento de haber traído vestido, la oficina no esta tan lejos de la cafetería así que puedo ir caminando, diez minutos después estoy a una cuadra de llegar, busco las llaves en mi bolso mientras avanzo rezando por no caerme.

Cuando las he encontrado ya me encuentro frente a la puerta alzo la vista y una rosa de color rosa está atada a la puerta con una nota en ella, las luces de la cafetería están encendidas, y se escucha música de fondo, solo espero que no se hayan metido a robar.

Pero como soy muy curiosa desato la rosa de la puerta para poder abrir la puerta, pero antes tomo la nota, comienzo a leerla y enseguida reconozco la caligrafía.

Nos necesitamos mutuamente desde niños,

y ahora más que nunca.

La rosa son para disculparme por cómo me porte.

Ahora tú decides si abrir la puerta para que seamos felices

O

Que nuestros caminos se separen

- ¡TE AMO! -

Atte... CHRISTIAN GREY

PASE LO QUE PASE... TE RECORDAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora