CAPITULO 27

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-Callate por favor. No te quiero oír - le digo entre dientes, cubriéndome los oídos con las manos.

-Tienes que escucharme. Ahora ya sabes la verdad y se que estas furioso, dolido y traicionado. pero dejame contante todo de principio a fin.

-no quiero

-si decides no volvernos a ver yo comprenderé. Aunque me duela - dice bajando la voz con un destello de tristeza.

- solo no esperes que vuelva a confiar en ti.

- esta bien - murmura y se que le lastima él como lo estoy tratando. suspira y toma aire - tu madre biológica era una prostituta y murió por una sobre dosis estuviste con su cadáver tres días. Cuando te encontraron te llevaron al hospital fue cuando Grace te atendió y te tuvo un cariño inmenso así que decidió adoptarte. Tenías cuatro años cuando llegaste a casa, no querías estar con nadie, solo con una pequeña manta alrededor de tu cuerpo.

>>yo trataba de acercarme a ti, para ayudarte y que vieras en mi alguien en quien confiaras. A pesar de me golpeabas y del miedo que te tenia, no deje de quererte. Al ser mi hermano pequeño sabia que debía cuidarte, apoyarte y protegerte.<<

>>Nunca te diste cuenta. pero por las noches cuando te oía gritar por las pesadillas que tenías, lloraba por no ayudarte a que esas malditas pesadillas desaparecieran y que tu no sufrieras por ellas. Cuando te quedabas dormido siempre iba a tu habitación y dormía en el sofá que tenias ahí. Según Cuidándote de todo lo malo, siempre me iba antes de que despertaras. <<

>>Sabia que si no podía cuidarte cuando estabas despierto por lo menos tuve la satisfacción de cuidarte mientras dormías. Pensabas que nadie te quería, que no eras digno de sentir cariño, no lo decías pero tu mirada te delataba y aunque pareciera que a mi no me importaba me dolía que tu sufrieras.<<

>> Un día, todavía recuerdo la fecha. 25 de marzo de 1988. llegaron a visitarnos lo nuevos vecinos que eran amigos de papás. ¿Sabes por que lo recuerdo? - niego - por que con ellos traían a su hija de dos años. Anastasia. Cuando la viste te brillaron los ojos, la adoraste desde el primer momento. Por eso recuerdo esa fecha, fue el día en que esa pequeña niña te llevo a la luz.<<

>>Jugaste con ella todo la tarde, lo que me sorprendió fue que cuando te acarició la mejilla, no te dio miedo, al contrario disfrutabas de su contacto. Cuando se fue, le pedías a sus padres que se quedaran más tiempo para tu poder estar con ella. Pasaron los días, meses, años. Mía ya estaba con nosotros en ese entonces.

Tu eras feliz a su lado y aunque a mi me doliera que estuvieras más con ella que conmigo lo entendí por que también gracias a ella yo me pude acercar más a ti, me tenias confianza y jugábamos juntos.

Siempre cuidabas de ella cuando venia a casa o tu ibas a la suya y pasaban horas juntos. Una vez ella perdió su peluche favorito. Lo que hiciste fue sacar dinero de tu alcancía y le compraste uno nuevo, me pediste que te acompañara a comprarlo. Era uno en forma de perro siberiano, como al que tenía ella. Curiosamente lo tienes dentro de tu armario en la casa de papás.

La foto en donde estamos los cuatro, fue tomada el día de tu cumpleaños número ocho. Pero ninguno de nosotros imagino que Ana se iría tres días después.

>>Tu, como todos los días la esperabas en la banqueta frente al portón de la casa, ella llego puntual como siempre, pero no para jugar contigo si no para despedirse de ti. Le pediste que no te abandonara que no te volviera a dejar solo y triste como lo eras antes de conocerla. Te dijo que si por ella fuera jamas se apartaría de tu lado, pero sus padres se habían separado y ella tenia que irse con su mamá. La abrazaste tan fuerte por no dejarla ir, pero eso no soluciono nada te dio un beso en la mejilla, dio la vuelta y subió a una camioneta con su madre y se fue.

Lloraste durante mucho tiempo, sin consuelo, me acerque a ti y sin importarme que me golpearas te abrase y tu me correspondiste llorando sobre mi hombro, en el fondo me alegre por que por fin me habías aceptado, pero no lo disfrute de esa manera , estabas desecho por su partida te quedaste dormido en mis brazos y como pude te lleve a tu cuarto y te acosté sobre tu cama para que  descansaras.
Si se todo esto es por que fui a verlos para decirles que mamá había preparado macarrones con queso.
Llore en silencio por el dolor de ambos aunque aun eramos niños sabíamos que verla partir era doloroso.

Le conté a la familia lo que había pasado, se pusieron tristes por que Ana se había ido sabíamos que debíamos apoyarte ahora que estabas triste, lo que no contamos es que caerías en depresión, no lo creímos por tu edad hasta que el doctor lo confirmo en una de las tantas visitas al hospital por creer que estabas enfermo, lo estabas, pero enfermo de tristeza no comías, dormías todo el día, te pusiste delgado casi en huesos, no querías ver a nadie, solo a mi, yo era el único que vio tu sufrimiento y del como te consumía.

un día por imprudencia nuestra, papás tenían un viaje de trabajo y se llevaron a Mía dejándome a mi a tu cuidado pensando que no pasaría nada.
Me quede dormido en el sofá de la sala unos minutos, desperté y te fui a ver a tu cuarto para que tomaras tus vitaminas, pero no te encontré en tu cama, pensé que habías ido al baño o que por fin te habías levantado y seguirías con tu vida, al no encontrarte en tu cuarto ni en el baño te busque por toda la casa, estaba desesperado el único lugar que me faltaba era el jardín y tampoco te encontré.

Mi peor pesadilla se volvió realidad, la puerta principal estaba abierta, salí a buscarte, cuando llegue afuera era demasiado tarde, cruzaste la calle sin fijarte, te grite no me hiciste caso alguno y ese maldito carro te atropello presencie la escena de verte tirado y del como el carro huía.

Me acerque a ti, no podía creer mi descuido, fue mi culpa maldita sea, fue un terror verte tirado sin poder ayudarte.

Entonces el señor Steele llego a los pocos minutos, llamo a la ambulancia y una hora después estabas en urgencias, papás regresaron en cuanto les llame.
Tres horas de espera, hasta que salio un doctor y nos dijo que habías salio bien, pero que habías caído en coma, por el golpe que recibiste en la cabeza.

No podía creer que mi hermanito pequeño haya caído en coma, y todo por mi maldita culpa, yo fui el culpable de todo, mi maldito descuido te llevo a esa maldita cama de hospital. Todas las malditas noches no duermo tranquilamente por el maldito hecho de que por mi perdieras el recuerdo más hermoso que tenias.

Anastasia. - suelta un sollozo agachando la cabeza.

PASE LO QUE PASE... TE RECORDAREWhere stories live. Discover now