CAPÍTULO 11

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POV DESCONOCIDO

No suelo aceptar ciertos casos hasta que no tengo una entrevista previa con el cliente. Por lo visto esta vez será diferente, el señor Harris fue muy claro cuando me llamó esta mañana a su despacho y me entregó el dossier que ahora tengo delante. Se trataba de una clienta sumamente importante y urgían algunos trámites. Eso acrecentó mi curiosidad aunque no recibí más información de su parte. Tenía que presentar una demanda en el juzgado esa misma mañana pidiendo la custodia total de la hija de nuestra clienta. El acuerdo de divorcio podía ser redactado a posteriori y adjuntarse a la susodicha demanda. Me daba pocas opciones y iba corta de tiempo. Me entrevistaría con la señora.... Luthor, o eso rezaba en la carpeta, esta misma tarde. El asunto era mínimo curioso, pero bueno ese era mi trabajo. Si quería que por fin me ascendiesen al grado de socia en Harris & Jones más me valía emplearme a fondo y contentar al viejo Harris.

Agradezco mucho la oportunidad que me había dado hacía unos años en este bufete pero ya le tocaba reconocerme los méritos logrados durante este tiempo.

Había estudiado leyes por imposición. Ya que no era mi idea de futuro cuando era adolescente pero mi padre no iba a permitir que escogiese otra carrera. Al final amé mi profesión y terminé graduada con buena nota en la facultad de Yale. Me especialicé en divorcios y por muy egocéntrico que suene era la mejor en National City. Nunca perdía un caso.

Estaba muy lejos de Lima, mi hogar, pero me vino bien el cambio de aires y el dejar atrás tantas cosas. Si me preguntarán ¿Que hacía tan lejos de mi casa? Diría que huir de una familia retrógrada que me asfixiaba y escapar en cierto modo de un amor imposible.

Y es que mi mayor quebradero de cabeza tenía nombre y apellidos.... Rachel Berry. Una pequeña mujer con unos sueños enormes que me había hecho la vida muy complicada desde que la conocí en el instituto. La misma que en mis últimos años en Lima me había enseñado lo que era el amor. Pero no fue suficiente... teníamos tanto en nuestra contra. Me dolió mucho dejarla atrás pero ella tenía un futuro brillante en Nueva York y yo solo la hubiese estorbado en el camino. Además mis padres no hubiesen apoyado nuestra relación... tenían un visión de la vida bastante antigua. Sobre todo mi padre. Lo mejor era aceptar mi destino y seguir con el plan previsto para mí, el tenerlos contentos me aseguraba un futuro académico y económico. Y porque no reconocerlo yo era demasiado cobarde para hacerles frente.

Siempre fui alguien muy conformista por así decirlo. Pero ahora no cambiaría mi pasado por nada del mundo... quizás si el hecho de abandonar de mala manera a Rachel. Aunque pensándolo bien a ella también le hice un favor. Leí no hace mucho en una revista que era se había convertido en toda una estrella de Broadway y para mí eso era suficiente. Me sentía realmente orgullosa de sus logros a pesar de que no los compartiese con ella como me gustaría. ¿Hubiésemos estado aún juntas si hubiese luchado por ella? Que pregunta más estúpida! No sirve de nada lamentarse ahora Fabray.

Yo pude tener una vida independiente y en este instante nadie controlaba mi vida. Una vida un poco vacía según mis amigos... pero una al menos libre. Tenía una profesión que me gustaba y un futuro prometedor a mis 27 años. Tampoco estaba del todo mal si obviamos la parte amorosa claro.

Me pongo a leer el contenido de la carpeta... Vaya interesante... Mi próximo trabajo será un divorcio entre dos mujeres. Es bastante inusual aún hoy en día. Creo que en todo el tiempo que llevo ejerciendo solo he tenido un par de divorcios entre personas del mismo sexo. Aunque cabe añadir que también hace relativamente poco tiempo que se les reconoció su derecho a contraer matrimonio. Si, una verdadera injusticia pero es la sociedad en la que nos tocó vivir. Quiero pensar que no hay tanto divorcios porque los matrimonios homosexuales son más sólidos que los heterosexuales. Bueno esa es mi opinión al menos.

Encontraré una razón para que decidas quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora