CAPÍTULO 18

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POV QUINN

Avanzaba a paso firme y seguro por los pasillos de L-Corp en busca de mi nueva presa. Debía escoger las palabras adecuadas para no revelar el verdadero motivo de mi visita. Quería aconsejar a la señorita Arias, y porque no volverla a ver. Y es que desde mi charla con Lena mil cosas rondaban mi cabeza. Esa mujer me interesaba, aún no tenía clara la razón por la cual actuaba así. Pero necesitaba saber más sobre ella. Y tenía la excusa perfecta para ir a verla a su despacho.

No era otra que rogar por la salud mental de su mejor amiga. Ya que después de saber toda la historia de boca de mi clienta, había nacido un desazón muy grande en mi alma. Lena necesitaba desahogarse con alguien que no fuera yo. Estaba dejando demasiado de lado a parte de su familia, y ésta era la única que realmente le podía dar algo de paz. Una destrozada señora Luthor, dejó ayer mi despacho y por el aprecio que empezaba a sentir por ella haría lo necesario para remediarlo. Por eso haciendo alarde de mi carisma le pedí una cita a la secretaria de Sam. Ella me oiría tanto si quería como si no, no entraba en mis planes abandonar el edificio hasta que me recibiese.

La respuesta que recibí no minó mis ánimos. La señorita Arias estaba reunida con algunos inversores y directivos, por lo tanto tardaría un buen rato en poder recibirme. Pude ver confusión en los ojos de su ayudante cuando le explicaba por el intercomunicador quien se encontraba en la sala de espera. Jugaba con el factor sorpresa y rezaba porque eso fuera algo bueno.

Los minutos dieron paso a las horas rompiendo su incesante avance por la presencia de la chica que horas antes me había recibido. Por fin había terminado la puñetera reunión y yo podía entrevistarme con la directiva.

Se encontraba pensativa y con muchos documentos delante cuando ingresé en su despacho. Aún así pude percibir asombro y curiosidad en su hermoso rostro al ingresar en la sala.

- Buenos días señorita Fabray o mejor dicho buenas tardes.- dijo tras incorporarse y acercarse hasta mí para saludarme.

- Buenas tardes señorita Arias. Lamento molestarla, su secretaria ya me informó de su apretada agenda matutina... Aún así, necesitaba verla.- expliqué mientras veía divertida como se había quedado plantada frente a mí sin saber como saludarme. Rompí su momento de confusión dando un paso hacia delante depositando un dulce beso en su mejilla. Puede que me recreara más de lo debido ... Puesto que su cara tomó un ligero tono carmesí al distanciarme de ella.

- Usted dirá para que le soy útil.- comentó tomando dando unos pasos hacia tras. Montones de obscenidades me venían a la cabeza como consecuencia de sus inocentes palabras. Basta Quinn, parece que no tuvieras sexo desde hace años!! Me reproché mentalmente.

- Vine aquí en calidad de amiga preocupada, señorita Arias.- confesé fijándome en sus cálidos ojos castaños.

- Mmm... Debo suponer de que te refieres a Lena ¿No es así?- preguntó con voz neutra. Alguien estaba celosa de que su amiga compartiese tiempo con otra persona que no fuese ella ¿O me lo parecía a mí?

- Ha dado justo en el clavo.- respondí haciendo una breve pausa. - Verá creo que primero debería presentarme adecuadamente. Como sabe mi nombre es Quinn Fabray y soy abogada ejerciente en el despacho Harris & Jones. Mi especialidad son los divorcios, Samantha.- añadí tras ver su cara de circunstancia.

- ¿Abogada matrimonialista? Ahora si que no entiendo nada... Lena me dijo que usted era abogada pero en ningún momento dejó clara su especialidad.- acotó mientras podía ver como intentaba sacar una conclusión lógica de toda esa información que le estaba dando.

Encontraré una razón para que decidas quedarteWhere stories live. Discover now