CAPÍTULO 7

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POV LENA

Habían pasado semanas desde la última vez que vi a Kara. Una suerte la mía toparme con ella justamente la mañana que tenía previsto recoger mis pertenencias de la casa. Por un fugaz instante cuando tropecé con ella al pie de las escaleras pensé que mi amada estaba frente a mí. Sus ojos no expresaban odio o crueldad sino más bien miedo y arrepentimiento. Estuve tentada a dejar de lado mi rabia y derribar el muro que había creado la noche anterior. Pero mi orgullo se interpuso entre nosotras. No la dejé prácticamente hablar. Y el rechazo le dolió pero no tanto como me dolió a mí. Su comportamiento fue realmente extraño. Pasó de ser alguien arrepentido a alguien soberbio en cuestión de segundos. El detonante parece ser que fue Sam porque una vez ella entró en la casa se volvió la persona detestable que horas antes conocí.

Había arremetido contra mi amiga solo por estar ante su presencia. Insinúo cosas que me tomaron completamente por sorpresa. Madre mía... ¿Enserio creía que la había suplantado tan fácilmente de la noche a la mañana, nunca mejor dicho y por mi amiga? ¿Que mierda tenía en la sesera? Samantha siempre ha sido como la hermana que nunca tuve. Jamás había mostrado otro interés que no fuera el de tener una amistad conmigo. Ni en la jodida etapa universitaria donde yo empecé a experimentar mi preferencia por las mujeres había leído señal alguna de su parte. Lo peor de todo fue recibir de su parte el calificativo "puta", a lo mejor no lo dijo en esas palabras pero lo insinuó y dolía. Aceptaba que algo no marchaba bien en su organismo ¿Pero en tan poca consideración me tenía? Yo, la persona que era incapaz de anhelar un cuerpo que no fuese el suyo. Alguien que no quería observar ningún otro rostro sino era el de ella porque había encontrado a la mujer más preciosa del universo. ¿Como podía insinuar que le podía ser infiel? ¿Y encima tratarme como si fuese un objeto de su propiedad? Eso ya fue el colmo. Eramos mujeres independientes con una relación sana, de esas que comparten una vida en común. No eramos posesivas ni celosas, nos sentíamos afortunadas por tenernos la una a la otra. ¿Para que desperdiciar el tiempo con tontas peleas y malentendidos?

Ese día mis dudas se disiparon totalmente. Rompería de raíz cualquier interacción con ella hasta que volviese a ser la chica que un día amé. Si ella no sanaba.... No podíamos sanar lo nuestro.

Días después Alex me llamó sonando desesperada. Había logrado ver a su hermana y su encuentro no había ido nada bien. Me comentó que su comportamiento en el DEO había sido indisciplinado y hasta cierto punto agresivo. La pelirroja había intentado hacer entrar en razón a su hermana proponiéndole hacerse unas pruebas para descubrir que le sucedía. Ante ello mi esposa había declinado el ofrecimiento y renunciado a su trabajo. Eso fue lo último que su hermana supo de ella. Y a mi me preocupaba desconocer su paradero después de tantas semanas.

Otra información que reveló mi cuñada fue que intuya quién podía saber que le pasaba. No añadió nada más. Tan solo prometió tenerme informada si habían novedades respecto a su fuente de información o si aparecía la rubia por las instalaciones. Casi hubiese preferido no saber todo lo que me contó porque consiguió preocuparme muchísimo más. Estaba desaparecida y ahora totalmente sola sin la ayuda de nadie. Y eso me desesperaba.

Mi calvario informativo no terminó ahí. Los medios de comunicación estuvieron durante semanas relatando los altercados ocasionados por Kara. El mundo le temía y agradecía no lidiar con su presencia en la ciudad. Lo que me jodía no era escuchar toda esa mierda dicha por gente que no conocía a mi kryptoniana, sino más bien el no tener nueva información sobre ella ya fuese buena o mala.

La vida pasaba sin pena ni gloria para mí. Me centraba en Eliza desde el momento en que abría sus hermosos ojitos hasta que los cerraba cada noche al acostarse. Vivía por y para ella. Era lo que me mantenía viva. Agradezco en el alma contar con mi nueva niñera Alice. Una señora mayor que cuidaba de mi hija mientras yo me encontraba absorta con cosas del trabajo o en mis cavilaciones. Esa dulce mujer sabía parte de la historia y era en cierto modo mi confidente. Obviamente le omití la parte de que mi esposa era Supergirl. Me dio sabios consejos, en pocos días se ganó un lugar en mi corazón y en el de mi pequeña. Le hacía olvidar en cierto modo la ausencia de su otra madre.

Encontraré una razón para que decidas quedarteHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin