Capítulo XXI. «Conocido»

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La relación entre la gran Ailiah y sus hijas era bastante peculiar. No podía decirse que eran cercanas, pero tampoco que su relación fuera lejana, insatisfactoria, o, por definición, mala.

Teniendo un puesto tan importante, el de la gran Ailiah, la reina Bryanna siempre estaba ocupada. No era el tipo de gobernante que siempre estaba haciendo viajes o campañas, aún así, todos sus proyectos, como las construcciones de nuevos palacios, lecturas de documentos, o fiestas importantes, siempre la mantenían ocupada.

Y no solo estaba de por medio la posición de su madre, sino también la posición de la hija en cuestión. Si se trataba de Adaliah, la reina siempre estaba al pendiente de ella, pero de forma dura, protectora, y mandataria. Hablando de Alannah, que estaba siempre al pendiente de fiestas y reuniones importantes, ambas se volvieron muy unidas, tanto como para que no hubiera secretos entre ellas.

Luego estaban las dos menores. Amaris siempre había sido su favorita, la menor, a la que más cuidaba, y Piperina...

Piperina no era ni su favorita, ni estaba muy metida en sus eventos reales, apenas se veían. No eran unidas, ni la reina nunca había esperado nada de ella, simplemente eran desconocidas, por así decir. Es por eso que, cuando se encontraron, las palabras de la reina causaron gran impresión en Piperina. Ella dijo:

-Nos has representado muy bien hoy, poniendo nuestro nombre en alto y dejándome orgullosa.

Piperina se dejó abrazar, aunque sin muchos ánimos. Quería hablar con su madre para contarle sus nuevos descubrimientos, tan desesperada estaba que había desechado la oferta de ir a dormir y había ido inmediatamente a verla. Si había suerte intentaría dormir más tarde, pero como al atardecer se llevaría la segunda fase de inteligencia, una especie de cuestionario e, inmediatamente después de eso, pasarían a la fase de lucha. Cualquiera, si respondía mal, estaría eliminado del torneo, y eso la aterraba.

-Gracias, madre -respondió, tratando de guardar el momento en su mente, porque sabía que aquello no volvería a suceder en mucho tiempo. El olor de su madre era fresco, como a coco, y su cabello estaba suave, brillante, y acariciable. Aparte de eso no sintió nada, no era lo mismo que cuando abrazaba a Amaris y todo a su alrededor parecía desaparecer, sólo porque ella la mantenía tranquila.

La reina centró su vista en Amaris. Sus ojos se iluminaron, extendió sus brazos, sonrió aún más y fue a abrazarla también, mientras decía:

-También estoy orgullosa de ti, Amaris. Te has probado a tí misma, aún cuando todos, tengo que admitirlo, dudamos de tí. Estoy segura de que pasarán las siguientes fases y, como en esta, pondrán en alto nuestro nombre. No saben lo orgullosa que me sentí de que mis hijas quedarán en los tres primeros lugares.

Piperina escuchó atentamente. De cierta manera, el abrazo que le dió a Amaris era mucho más auténtico que el que le diera a ella.

-Tus felicitaciones nos halagan -interrumpió. Su tono de voz no fue bastante amable, por lo que ambas se separaron y la miraron fijamente, de forma interrogante-. Pero tenemos cosas más importantes que tratar. Hay una asesina entre nosotros, y debe de pagar.

Piperina comenzó a explicar todo lo que había sucedido, desde el ataque a Harry y Ranik, las investigaciones de Zedric acerca de esta magia oscura y el descubrimiento del crimen de Zara, más la forma en que Calum, Adaliah y su grupo los habían emboscado, incluyendo la forma en que los habían tratado, narrando a todo detalle cada cosa sucedida, aún cuando no había estado ahí.

Piperina, a diferencia de Amaris, nunca había visto a su madre tratar con temas políticos. La Ailiahsiempre estaba seria, tranquila, e impasible, no siendo del tipo dulce. Sin embargo, su rostro en aquellos momentos era diferente, su seriedad no tenía un rastro de tranquilidad, sino que se notaba su inteligencia, y, al mismo tiempo, la forma en que no mostraba alguna emoción hacía que se viera bastante lejana, como si no le interesara todo lo que estaba hablando.

Cantos de Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora