Capítulo 40. «Parecido»

1.4K 208 6
                                    

—Siéntense y coman, mis invitados, que aquí todo es para ustedes —los invitó Vadhur. Piperina notó, para su propio placer, que ella no era la única escéptica ante la amabilidad del chico. Todos lo miraban sin creerse lo que había frente ellos y sí, indecisos. Vader suspiró, y dijo—: ¡No soy malo! Lo que pasa es que, varias veces, he visto a personas pasar por pruebas como por las que ustedes están pasando. Quisiera saber por una vez que es lo que mi padre hace, conocerlo más.

—Entonces te diremos por lo que hemos pasado —dijo Adaliah, estirando su mano en un gesto de confianza—. Mi nombre es Adaliah Stormsword, y soy la heredera del trono de la Luna. Ellas tres son mis hermanas —las señaló— El príncipe Zedric Mazeelven, del reino Sol, y también tenemos a varios chicos que no son de nuestros reinos, como Cara, bendecirá por la diosa Virnea, o Skrain, un descendiente del Dios del mismo nombre. Queremos encontrar el cetro sagrado que se encuentra por estos lares, devolverlo a quienes les pertenece.

—¿Queremos? —bromeó Nathan— Creí que odiabas estar aquí.

—Tal vez, pero si no cumplo esta misión, como dijo mi prometido, perderé mi herencia y indecisas. Para  alguien como tú debe ser difícil de entender.

—¡Vamos! —exclamó Cara—. No empecemos de nuevo, por favor.

—Sí —Amaris se soltó del agarre de Zedric, consciente de que sus hermanas estaban observándola, Ranik también— Descansemos, contémosle a Vadhur lo que quiere oír y démosle una idea de como es su padre.

🌙🌙🌙

—No —aseguró Vadhur después de haber oído toda su historia por boca de Harry y una vez que todos estuvieron apostador alrededor de la fogata, comida en mano—. No sé nada acerca de una invasión, ni de una bruja loca llamada Zara, y estoy, levemente estoy, familiarizado con ese cetro.

—¿Qué sabes de él? —preguntó Piperina con un poco de brusquedad. La sonrisa de Vadhur se extendió, ella rodó los ojos.

—Tal vez sepa su ubicación, tal vez no.

—Maldita sea, no juegues con nuestros sentimientos, idiota —gruñó Nathan, amenzándolo. Vadhur alzó las manos y se excusó diciendo lo siguiente:

—Creo que me parece más sensato que, antes de comenzar con esta misión, limen asperezas entre ustedes. Puedo notar cierta... —se detuvo, buscando la definición— Tensión.

—Más bien quieres crear más drama —observó Skrain.

Vadhur se removió levemente, incómodo, como si él fuera el único que podía intimidarlo por ser un semidiós, pero no tuvo pelos en la lengua para contestar:

—Me gusta el drama, sí. ¡No pueden culparme, llevo varias semanas aquí, en el desierto, sólo con mi compañía! —extendió las manos, varios humanoides salieron de la arena ante sus mandatos— Ellos no hablan —los señaló— No comen ni tienen consciencia. Son muñecos para que alguien como yo juegue.

—¿Y por qué no regresas a la ciudad llave con tú familia? —preguntó Nathan burlonamente—. ¿Es más cómodo para tí quedarte en el desierto? ¿Será que sólo estarás jugando con nosotros?

—Mi madre, que era la más grande primer ministro que hubiera habido antes, murió —dijo Vadhur, su rostro ensombrecido—. Lo acepto. Acepto que se ha ido y, les confieso, tal vez sea mi culpa.

—¿Pero qué tipo de hijo podría causar la muerte de su madre? —preguntó Harry. Como siempre él no pensaba mucho al hablar, sólo lo hacía y tomaba sus hipótesis con rapidez.

Cantos de Luna.Where stories live. Discover now