Capítulo 2

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02 | EL NORTE NO ES TAN FRÍO

El frío del norte no era nada comparado a algo que haya sentido alguna vez, el clima había cambiado considerablemente, o es que tal vez no estaba acostumbrada

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El frío del norte no era nada comparado a algo que haya sentido alguna vez, el clima había cambiado considerablemente, o es que tal vez no estaba acostumbrada. Ni todas sus capas, ni todas las pieles que usará la podían hacer entrar en calor.

«Necesitarás más que unas cuantas pieles en el Norte. Necesitarás el calor que sólo otro cuerpo puede darte»

Le había dicho Oberyn justo antes de partir. Inmediatamente desechó esa idea con las mejillas sonrojadas.
Pero el frío le calaba hasta los huesos, y mientras todos en Winterfell andaban como si nada, ella de sintió avergonzada. Su piel estaba más blanca y de su boca salia humo. Había buscado entre toda su ropa, la capa más abrigadora que tuviera, pero el venir de un lugar con demasiado sol no le ayudaba bastante.

—Será mejor que vaya adentro al fuego, no queremos que la princesa muera congelada. -dijo con un poco de gracia.

—Aunque no lo crea, mi lord, disfruto el aire libre. -le respondió sonriendo a duras penas.

Robb sonrió de lado, y se acercó más a ella.

—Tal vez no está acostumbrada.

—Bueno, el clima es más gentil en el lugar de donde vengo. -comentó.

Robb empezó a sentir una sensación extraña, el calor invadía su cuerpo; era como una mezcla de nerviosismo y vergüenza, o es que la belleza de la joven lo distraía demasiado.
Debía decir algo más, debía aprovechar, o quien sabe cuando volvería a tener una oportunidad como esta con Oberyn cerca.

—¿Quisiera mi lady, ir a dar un paseo? -le propuso- Tal vez le gustaría conocer más Winterfell.

—En realidad, es la mejor idea que he escuchado hoy. -confesó. Había estado curiosa por el lugar desde que su padre le había informado que irían, y qué mejor que fuera Robb Stark quien la acompañara.

Durante el camino, Robb la miraba fascinado. Lena era muy curiosa y cada lugar le llamaba la atención, aunque sólo se tratara de lo más común. Incluso unos cuantos niños se habían acercado a ellos, y en respuesta la chica había pasado un largo rato con ellos.
No era como muchas chicas nobles que hubiera conocido antes, de esas que son tan delicadas que si una pluma tocaba su vestido ya lanzaban un chillido.
Las ancianas al saber que era una princesa le ofrecían fruta o algunos panecillos, y ella los aceptaba gustosa e intercambiaba diálogos con las mujeres.

—He escuchado que se quedara en Winterfell, como pupila de mi padre. -comentó, estando una vez en el bosque.

—Así es. -dijo, para después darle una mordida a la manzana que hace un rato le habían dado.- Espero no ser una carga. -bromeo.

—Su presencia nunca será una carga mi lady, al contrario, es un sol en Winterfell. -Lena no pudo evitar sonrojarse ante el alago.- Aunque supongo que extrañara Dorne.

—Lo sé. -admitió.

—¿Cómo es allá? -preguntó con curiosidad, pues todos hablaban maravillas de aquel lugar.

—Es un lugar maravilloso. Muy caluroso debo admitirlo. -rió- Y tal vez puede ser algo seco, pero los ríos y los manantiales son bellísimos. -comentaba con alegría. Amaba su hogar y lo extrañaría bastante- Tal vez debería visitarlo un día, mi lord. Le regresaré el favor de darme un recorrido en Winterfell.

—Así que Dorne y una hermosa dama, ¿Qué más podría pedir?.

El frío aumento, lo que hizo tiritar a la princesa obligándola a abrazarse a si misma. Robb sonrió con ternura, y se quito la capa hecha de pieles que llevaba encima para cubrirla a ella.

—Pero tú... -quiso detenerlo, pues él no tendría con que cubrirse después.

—Creame, estoy más que acostumbrado. -aseguró, pero Lena seguía mirándolo con preocupación.- Y si esto no es suficiente...-tomando su mano, la atrajo hacía él envolviéndola en sus brazos.

Tal vez las palabras de Oberyn eran ciertas. Y no podía pensar en otra persona que no fuera Robb Stark.

Lady Catelyn andaba apresurada por todo el lugar buscando a su hijo y a la princesa antes de que al príncipe Oberyn le diera un ataque y mandara a cien hombres a buscarla. Por su mente nunca había cruzado la idea de que ambos jóvenes estuvieran juntos, claro, hasta que la vio pasar por la gran entrada.
Iba decidida a darle un gran sermón a su hijo, deteniéndose cuando vio a los dos tomados de la mano y alzó una ceja lanzándole una sonrisa pícara a su primogénito.

—¡Lena! ¿Dónde estabas? —aparecio de la nada Ellaria— Oberyn ha...—reaccionó igual que Lady Stark, sólo que ella trataba de contener una sonrisa.

—Mi culpa, mi lady. —se apresuró a decir Robb— Ha sido idea mía darle un recorrido a la princesa.

—No, no hay por que disculparse. —le respondió la amante del príncipe— No hay ninguna falta.

La pequeña Martell sonrió con timidez y aunque no quería, soltó la mano del joven lobo.

—Ha sido un placer, mi lord. —se dirigió con una pequeña reverencia en agradecimiento.

—Su compañía ha sido un placer para mi, princesa. —tomo su mano nuevamente depositando un beso en ella.

Lena con las mejillas sonrojadas, se alejo junto a Ellaria, mientras Catelyn planeaba una larga charla con su hijo

1 | HIELO & FUEGO ♕ GOTWhere stories live. Discover now