1 | HIELO & FUEGO ♕ GOT

Capítulo 12

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12 | SNOW

—Vine a decirle adiós a Bran.

La voz proveniente de la puerta hizo temblar a Catelyn. El simple hecho de escucharle hacía que quisiera arañarse la piel, o por lo menos quedarse sorda. A ese grado llegaba.

—Ya lo dijiste. —apenas respondió, lo quería fuera de ahí en cuanto antes.

Jon hizo caso omiso, después de todo, ya no la vería en un largo tiempo. Y entonces se acercó a la cama donde aún dormía el niño, su hermano.

—Quisiera estar aquí cuando despiertes, voy al Norte con el tío Benjen. Me uniré a la Guardia.

La noticia tomo desprevenida a la mujer de cabello rojizo. Sí bien sabía que eso algún día iba a pasar, pero no creía que fuera en ese momento. Pero se alegró.

Finalmente el bastardo de su esposo estaría lejos.

— Siempre hablamos de ver la muralla juntos, pero me puedes visitar en Castle Black cuando mejores. Sabré que hago entonces, seré un hermano de los vigilantes nocturnos. Podremos caminar más allá de la muralla si no te da miedo.

Cómo quisiera que Bran estuviera despierto, quería despedirse propiamente de él. Incluso había rezado porque el niño despertara antes de irse. Pero no lo había hecho, aún así, mantenía la esperanza de ver a su hermano correr de nuevo.

Cuando Lord Stark se dirigió a la habitación de su hijo, nunca espero ver aquella escena. Nunca espero ver a Cat y a Jon juntos.

—Quiero que te vayas. —sentenció la mujer, dándole una mirada de desprecio, como recordándole lo que él significaba ahí.

Jon beso la frente de su hermano.
Los deseos de Lady Stark finalmente se cumplirían, tal vez ahora ya sería feliz.
Apenas y miro a su padre cuando paso a un lado de él.

Ned por fin entro a la habitación, aún sintiendo el ambiente tenso.
La angustia, el rencor y el dolor se mezclaban en el aire.

—Hace diecisiete años fuiste con Robert Baratheon, regresaste un año después con el hijo de otra mujer. Y ahora te vas otra vez.

Las lágrimas y la voz la delataban. Estaba dolida, incluso más que eso. El pesar que llevaba cargando todos estos años, salía a relucir.

—No tengo opción. —respondió Stark, sin saber que otra cosa decir.

—Es lo que los hombres dicen cuando el honor llama, es lo que le dicen a sus familias, a ustedes mismos. Pero si tienes opción, y ya la tomaste.

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—Lord Stark.

Siempre que se dirigía a él, usaba un tono calmado, como si estuviera pidiendo permiso para hablar. Tal vez no era necesario, pero eso le había enseñado su padre. El respeto era importante.

—Princesa. —el hombre uso el mismo tono, dando una media vuelta.— ¿Pasa algo?

—No, yo sólo quería agradecerle por permitir que me quedara.

Eddard Stark la miró con los ojos entrecerrados, con confusión.

—Mi padre me envió con usted, ahora que partirá a la capital lo más lógico era que me enviara de vuelta a casa. Pero no lo hizo, y le agradezco.