1 | HIELO & FUEGO ♕ GOT

Capítulo 15

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15 | EL PELIGRO ACECHA

— Rompiste mi nariz, bastardo.

Jon se giró lentamente hasta quedar frente a aquellos chicos a los cuales les había ganado en combate hace un rato.

— Se te ve mejor.

Los tres chicos se abalanzaron contra él, dos sujetaban sus brazos con fuerza mientras que el último pasaba el brazo por su cuello. Para ellos, él no era nadie ahí, era nuevo y un bastardo, y aún así los había humillado enfrente de todos.

— Si te aventamos de la muralla, ¿cuánto tardarás en caer?

La puerta se abrió y un pequeño hombre hizo su entrada.

— ¿Qué estás viendo, enano?

— Los veo a ustedes. —les respondió— Si, tienen un rostro interesante, muy distintivos.

—¿ Y qué le importa? —atacó uno de los que sujetaban los brazos de Jon.

— Es sólo que se verán maravillosos decorando lanzas en King's Landing, tal vez le escriba a mi hermana, la reina, sobre ello. —comentó el enano— O tal vez prefieren que lo hable con el Lord Comandante, he escuchado que la castración es un castigo interesante, podría sugerirle eso.

Los tres se miraron entre ellos y soltaron al pelinegro con brusquedad.
Tyrion se acercó a él con paso lento y negó con la cabeza

— ¡Me odian porque soy mejor que ellos! —alegó el pelinegro.— Me advertiste lo que era este lugar, mi padre lo sabía y aún así le mejor venir.

— Qué suerte que no los entreno un maestro en armas como Ser Rodrik, imagino que ninguno levantó una espada antes de venir aquí. —Tyrion miró al bastardo con reproche— Si, eres un bastardo, pero creciste en un castillo. Con una cama caliente, festines y entrenamiento de primera. Ninguno de los que está aquí crecieron con esos privilegios, aquí solo encontrarás ladrones, violadores y estorbos para sus padres.

Jon apretó los labios y agachó la cabeza, ahora se daba cuenta de algo que no se había dado el tiempo de conocer.
Tyrion se dió la media vuelta, pero antes saco un pergamino que traía consigo y se lo entrego.

— Por cierto, tu hermano Bran ya despertó.

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Sonrió al terminar de leer la carta al imaginar todos los problemas en los que su amigo debía estarse metiendo ahora.
Había estado intercambiando cartas con Jon casi desde que había partido, Robb lo sabía y en parte le gustaba que Lena pasara el tiempo con algo. Después de todo, desde que se padres se fueron él había pasado a ser el responsable de todo Winterfell, labor que consumía casi todo su tiempo.

— Princesa, ha leído ese libro dos veces. —el maestre Luwin tomó asiento junto a ella.

— Es un libro interesante. Además, no hay mucho por hacer últimamente.

— He de suponer que no ha practicado como antes

— Lady Catelyn no lo permitía.

Luwin se tomó su tiempo en silencio, cruzó las manos encima de la mesa de madera y miró hacía enfrente.

— Lady Catelyn no está. —le recordó.