CAPITULO VEINTIUNO PARTE TRES

6.6K 773 72
                                    




—Nick —Me detengo al escuchar una voz del segundo piso, dejo el pequeño bote en su lugar sin apagar las llamas, estoy seguro de que se apagaran por si solas—¿Nick eres tú? ¿Qué es ese olor?

Me pego a la pared junto a la entrada, apenas veo su silueta aparecer lo tomo de la camisa y lo arrojo contra en refrigerador. Le doy un golpe en el estómago seguido de que lo retengo poniendo mi antebrazo en su garganta, pero poniendo la punta de mi daga en su ojo.

—¿Dónde están? —Pregunto. El titubea—¿Dónde?

—Segundo piso en el segundo piso.

Corro mi brazo haciendo que mi daga quede en su garganta, no tengo porque pensarlo dos veces, pero me abstengo de hacerlo apretándole en la parte izquierda de su cuello dejándolo inconsciente. En caso de que no esté aquí necesitare información. Me sudan las manos y mi respiración esta agitada, solo quiero encontrar a Talía y salir de aquí. Subo las escaleras totalmente alerta a una trampa o una emboscada en caso de que haya alguien más, el pasillo es oscuro y estrecho. Me acerco a cada una de las puertas abriéndolas para asegurarme de que no haya nadie más, me detengo frente a la última puerta al final del pasillo, abro la puerta de golpe con mi daga levantada a la altura de mi abdomen, rodeo con la mirada cada parte de la habitación, nada, no está aquí. Golpeo la pared agujerando el muro. Me doy la vuelta rumbo a las escaleras, ese maldito no quiso decirme donde esta Talía, ahora lo lamentara. Me detengo en seco al escuchar un ruido, levanto mi cabeza y veo una cuerda colgando del techo que seguro dará al ático, estiro mi mano para alcanzar la cuerda y la jalo de un solo tirón, las escaleras hacen un ruido que resuena en toda la casa al caer, la luz del ático ilumina el pasillo. Si no están aquí tendré que romper todas esas reglas que Talía me enseño. Subo con prisa, ya no tengo paciencia para estar andando a pasos cortos. Mi cara refleja una expresión de alivio, pero cambia de inmediato a una de horror al ver a Talía, esta amarrada con cinta y sogas en sus brazos y piernas, apenas me mira como si estuviera a punto de desmayarse. Corro hasta ella y corto las cuerdas de sus brazos y piernas con mi daga, pero ella no se levanta. Mi vista pasa a su pierna que tiene un cuchillo de cocina enterrado, aprieto su pierna como me enseño, miro el rostro de Talía esperando que me dé la señal para sacar el cuchillo de su pierna pero su cabeza se mueve de lado a la lado, es entonces que me fijo de las cosas pegadas en sus sien y en su frente justo en el entrecejo, aprieto la pierna y saco el cuchillo de un tirón, la sangre no demora en salir pero no en chorros (por suerte), la tomo de su hombro para hacer que se quede quieta. Apenas toco la cosa esa siento un corrientazo bastante fuerte que me hace quejar a la vez que sacudo mi mano. Eso realmente dolió. Miro la cosa esa, no parece estar sujeta a nada solo pegada a su cabeza, me fijo en la cosa que acabo de tocar y veo que esta medio caída, no está sujeta realmente solo está pegada. Tomo un bocado de aire antes de hacer mi movimiento. Arranco las tres cosas lo más rápido que puedo tirándolas a donde sea que caigan, doy un brinco por el dolor en mis manos al sentir la electricidad. Me acerco a Talía intentando ignorar el dolor en mis manos.

—Talía —Digo dándole pequeñas bofetadas—, oye.

—Si —Dice vagamente—, estoy bien —Levanta sus manos sujetando su cabeza—, no sé qué sea esa cosa.

Apenas toque por unos segundo esas cosas que me dejaron un dolor en mis manos, no quiero imaginarme como seria tenerlas todo este tiempo.

—¿Dónde está Louren? —Pregunta aun frotando sus manos en su cara.

Me volteo para ver el resto del ático, veo a Louren que esta amarrada de sus muecas con unas cadenas mientras cuelga de una viga, recojo mi daga que había dejado en el suelo y me acerco a ella, su aspecto no es muy diferente al de Talía a diferencia de la sangre seca que tiene en su frente. La abrazo con mi brazo mientras con el otro corto las cadenas de un solo corte, su peso me gana haciendo que me tenga que apoyar en la pared. Dejo a Louren delicadamente en el suelo, acerco mis manos a las cosas esas, pero estas salen volando a un lado del ático antes que las toque, miro a Talía quien está parada frente a mí. "gracias." Le digo en mis adentros, realmente no quería tocar esas cosas. le doy pequeñas bofetadas como hice con Talía, pero a juzgar por su estado no creo que despierte. Levanto la mirada a Talía quien parece mirar confundida a su alrededor. Cargo a Louren entre mis brazos.

Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.Where stories live. Discover now