CAPITULO TREINTA

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Abro levemente mis ojos ante los leves rayos de sol que dan directamente en mis ojos, mi vista es borrosa, pero logro distinguir el cielo y las nubes en el cielo. Miro a mi derecha topándome con el rostro demacrado de la chica nueva quien me sonríe dejando salir un pequeño hilo de sangre de la comisura de sus labios. La chica nueva mueve sus labios como si me estuviera diciendo un pequeño "Hola" aunque no logro escucharlo, de hecho, no escucho absolutamente nada. Cierro mis ojos ante el dolor y ardor de estos, la luz es tapada por un momento pero después vuelve una y otra vez, abro solo uno de mis ojos logrando ver a Sam que está a mi lado tapando la luz del sol con su cabeza, muevo mi brazo forzosa y dolorosamente ante el dolor de mi cuerpo totalmente destrozado y toco su zapato, el me mira y el único movimiento que puedo hacer sin que me mate es mover uno de mis dedos en señal de que se acerque, el capta la señal y pega su oído a mi boca, primero toso un poco de sangre que cae en mi cara y lo único que articulo son dos palabras antes de volver a desmayarme; "auricular" y "lentes."

Me despierto inhalando fuertemente, muevo mis dedos sintiendo las cobijas de la cama, miro el techo despintado que tiene manchas de moho siendo iluminadas por una pequeña lampara en la mesa de noche a mi lado. Estiro mi brazo forzosamente intentando apagar la lampara que alumbra levemente lastimándome la vista, termino botando la lampara al suelo al intentar apagarla, pero no me podría importar menos, hago un intento de levantarme, pero lo único que logro es maltratarme a mí mismo. Hago nuevamente el intento dando un gruñido al poder sentarme en la cama, una vez sentado y con los pies en el suelo miro a mi alrededor, hay una cama junto a la mía, pero está totalmente vacía y sin sabanas, las cortinas están cerradas y solo hay una puerta que seguramente debe ser del baño. Me pongo de pie con dificultad, una vez de pie siento una mareo que me hace balancearme de lado a lado hasta que alcanzo la puerta del baño, enciendo la luz que parpadea un par de veces hasta llenar el lugar con su luz amarilla, me tambaleo hasta el lavamanos y me apoyo sobre este para poder mirarme en el espejo; mi cara está sucia, tengo manchas de sangre en mi rostro como si alguien hubiera intentado quitar la sangre con un paño húmedo, miro mis ojos naturales, mis lentes de contacto ya no están, ya no existen, aún hay sangre acumulada en mis ojeras. Abro la llave del lavamanos y recojo el agua en mis manos, lavo mi cara sintiendo el ardor en mis ojos, tomo un poco de agua y la muevo en mi boca de lado a lado como si de enjuague bucal se tratase para limpiar la sangre que hay en mi boca. Escupo el agua con sangre y me quedo viendo como el agua se va por el sifón. No recuerdo nada más que ver a Talía muerta, yo gritando, pero después de eso, nada, estoy en blanco ¿Qué fue lo que paso después?

La puerta detrás de mí se abre, automáticamente miro directo al espejo esperando a Talía, pero mis esperanzas se desvanecen al ver que se trata de Sam. Supongo que esto es real, ella no volverá. Bajo la mirada al lavamanos mientras me apoyo en este para que no me vea, veo como su sombra se mueve a un lado del baño y después se va cerrando la puerta. Apenas veo el reflejo de la puerta cerrada sostengo mi cabeza con ambas manos. «necesito mis píldoras." Veo la ropa que Sam dejo sobre la tapa del inodoro y me acerco a esta, sobre la ropa hay un solo auricular y unos lentes oscuros, paso mis manos por detrás de mis oídos dándome cuenta que ya no están. Lo primero que tomo es el auricular y lo prendo seguido que le ajusto el volumen, al ponérmelos doy un chasquido con mis dedos junto a mi oído para asegurarme que el volumen sea el indicado. Me pongo el pantalón de sudadera y la camisa azul seguido de la chaqueta de la misma sudadera. Me miro al espejo una última vez antes de ponerme los lentes oscuros y salir del lugar. Apenas cruzo la puerta entrecierro los ojos por la luz que a pesar de que llevo los lentes oscuros me molesta un poco.

—Hola —Me dice María que está sentada en una silla junto a la puerta. Su rostro se ve pálido, cansado y con sus ojos enrojecidos

—Hola.

Miro a mi alrededor, no hay nadie a la vista, es como si tan solo estuviéramos los dos.

—¿Dónde estamos?

—En un motel, lejos de Drupston.

—¿Dónde están los demás?

Ella me mira y me sonríe cansadamente.

—¿Dónde está Louren?

Sus labios tiemblan, María se levanta y me abraza. Correspondo el abrazo de igual manera a pesar de que me lastima soltando un "ya veo" al entenderlo. Todo esto es mi culpa; si tan solo le hubiera hecho caso a Talía nada de esto hubiera pasado, estaríamos los dos en el auto dirigiéndonos a quien sabe dónde mientras Louren podía seguir teniendo una vida normal junto a María.

Jacob hace señas a lo lejos, cuando María se da cuenta me toma de la mano y caminamos hasta el quien solo asiente con la cabeza. Nos adentramos en el bosque a unos dos o tres kilómetros hasta llegar a un pequeño claro en medio del bosque donde todos están reunidos, lo primero que veo es a Sam quien solo me asiente con la cabeza mientras aprieta sus labios en una delgada línea. Vee se acerca nosotros y le da un abrazo a María seguido que solo me mira para darme un pequeño golpe amistoso en mi hombro. La siguiente que veo es a la chica rubia quien rocía un líquido inflamable sobre tres sabanas que están rodeadas con hojas secas y ramas, una de las sabanas está recogida en medio de los pies de Louren y Talía ya que el cuerpo de Shirunugue es más pequeño a comparación de ellas. Doy un suspiro pesado para no llorar, pero no me es fácil, aprieto la mano de María y ella me regresa el apretón. Cuando nos reunimos todos para iniciar la cremación la chica nueva se arrodilla junto a las sabanas y acerca un encendedor.

—No te atrevas. —Le digo casi en un grito soltando la mano de María para acercarme a ella.

Todos me miran confundidos por mi reacción, me acerco a la chica nueva y le quito el encendedor de las manos para guardármelo en el bolsillo.

—Ellos no murieron, así como así —Digo haciendo mención también a Shirunugue. No sé cómo lo hagan los Loucrs o los Trepa, pero en Aster la muerte es algo que se respeta y mucho, no permitiré que sea tan solo así y nada más—, murieron como guerreras, peleando para defender su familia y a quienes les importaban.

Abro la palma de mi mano haciendo que el fuego salga, la pequeña llama en mi mano se empieza a mover hasta cambiar a una llama color azul. Prometí no usarlo, pero siendo está la situación hare una excepción para honrar a ambas y a Shirunugue como es debido. Acerco mi mano a las sabanas prendiéndolas, el fuego no tarde en expandirse por las sabanas, me acerco a la sabana en la que sé que esta Talía y prendo la sabana solo que esta vez la prendo sobre su pecho, justo donde está su corazón.

Me acerco a María nuevamente y la tomo de la mano, intento ser fuerte, pero al final sedo ante el llanto, todos empezamos a llorar ante nuestra perdida, hasta Jacob y Vee lloran.

Nunca tuve una madre, de pequeño nunca supe lo que era que tu propia madre viniera por ti después de jugar con tus amigos o que cuidara de ti dándote comida saludable cuando enfermabas, pero tú, tú eras esa madre para mí.

"Nunca te lo dije, pero, gracias, por todo, mamá."


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si quieren ver como lo hice aquí les dejo el link de mi canal de youtube en mi perfil para que lo puedan ver.

exactamente hoy se cumple un año desde que empece a escribir "My Name Is D."

así que feliz cumpleaños a D.

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Mi nombre es D. | Saga La Voluntad De Uno.Where stories live. Discover now