Existen otras razas, otras vidas más allá de la tierra. Durante años nos hemos mantenido ocultos entre ustedes. Vivimos con habilidades las cuales solo pueden soñar, con los poderes que solo pueden imaginar y en una guerra la cual no quieren ni pens...
Seguramente se estarán preguntando ¿dos días seguidos de capítulo nuevo? Pues si gente así es y eso es porque...
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Llegamos al número uno señoras y señores. Todo gracias a ustedes, a sus votos, a sus comentarios y su apoyo. Muchas gracias.
Termino mi desayuno y me levanto, Talía está en la sala de estar vigilando cualquier cosa ya sea por las noticias o la radio de la policía, no he dormido en meses, no, días desde que me desmaye en el centro comercial, me he quedado toda la noche haciendo lo mismo que Talía pero desde mi habitación, hable con María por teléfono pero tuve que explicarle que no podía hablar mucho. Me despido desde la puerta de la casa, saco la llave de la camioneta de Sam y abro la puerta, Obol sube en la cabina sentándose a mi lado mientras Shirunugue se hace en el platón de la camioneta, enciendo la camioneta y lo pongo en marcha, en estos momentos me doy cuenta de los frutos de las clases de manejo que Talía no ha estado dando cuando le pedíamos permiso para probar si los repuestos están bien puestos y los video tutoriales de manejo que Sam y yo vimos por internet. Obol solo mira por el parabrisas haciéndome compañía mientras Shirunugue asoma su cabeza por un lado para recibir el viento en su peluda cara, me detengo frente a la casa de Sam, hago sonar el claxon varias veces hasta que Sam asoma su rostro por la ventana. Estaciono la camioneta frente a la cochera de su casa y bajo. Deje a Obol y shirunugue a mitad de camino para que no tuvieran que caminar tanto de regreso a casa. Después de como diez minutos Sam sale ya listo.
—Hola.
—Hola —Digo lanzándole la llave de la camioneta—, toda tuya.
—Pensé que le faltaba.
—La termine anoche —Le interrumpo, realmente la termine anoche, no me llevo mucho tiempo, solo vine a devolverla.
—¿La probamos? —Dice con entusiasmo proponiendo un camino hasta la escuela.
—Creo que prefiero caminar.
Sam debe ver mi expresión por lo que no insiste. El camino es largo, casi me siento mal con Sam por hacerlo caminar hasta la escuela conmigo si no fuera porque solo quiero pasar el rato sin que parezca que todo está a punto de irse a la mierda. Miro a Sam de reojo, parece ¿decaído?
—¿Sabes cómo inicio el incendio? —Pregunto rompiendo el silencio.
—No, yo estaba —Hace una mueca sin terminar la frase.
—¿Qué?
—Estaba hablando con Susan, terminamos.
Me detengo en seco al escuchar la confesión de Sam.
—¿Enserio? —Pregunto para estar seguro que no me está jugando una clase de broma. Sam asiente —¿Por qué?
—Ayer en la fiesta me confeso que —Da un suspiro pesado, su expresión pasa de depresivo a enojado—. Solo me estaba usando para acercarse a ti, ayer en la fiesta me lo confeso todo, pero dijo que como nunca te apartabas de María ya se daba por vencida, después vi como el humo empezó a salir de un rincón y ahí fue donde todo se volvió caos.
