SECUELA DE DETENTION
Según Maddison Carter su último año de preparatoria se resumiría en caminar por los pasillos, sola, intentando no pensar mucho en su condenadamente sexy novio y en sus muy especiales amigos.
Claramente no es eso lo que ocurrirá...
Bueno, re-publiqué este cap porque a pesar de que intenté arreglar el problema varias personitas me dijeron que aún no se podía ver, en los comentarios del cap y por interno.
Para las que si pudieron leer tranquilamente el capítulo, tranqui, hoy mismo subo el capítulo ocho;)
Ya no las molesto más, lean el capítulo:)
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Perdí la cuenta de cuanto tiempo nos habíamos estado besando, comencé a necesitar aire y me vi obligada a separarme de él.
—Te extrañé tanto...—susurró, mientras acariciaba mis mejillas con sus pulgares delicadamente.
Mientras nos besábamos me había olvidado de lo que pasó, pero ahora me acordé y lo quiero aclarar ya.
—¿Por qué no me contestabas? No hablamos en tres días— le reproché alejándome y frunciendo el ceño.
—Lo siento, mi celular se rompió... Mira quien volvió.
Buscó algo entre sus bolsillos y sacó su nokia, el que su madre le había pasado el año pasado cuando por mí se le había roto el anterior.
No pude evitar reír—Por eso los chicos tampoco sabían nada de ti, estaba preocupada y algo asustada, incluso bastante enojada.
Rió y me abrazó fuertemente, pasé mis brazos por su cuello, disfrutando del cálido abrazo.
—¿Cuándo llegaste?—le pregunté, sin dejarlo de abrazar.
—Por la tarde, estuve un rato con mi mamá y Alai, luego fui a tu casa, no te avisé porque quería darte una sorpresa.
—Para la próxima vas a tener que pedirle el teléfono a un amigo, no pienso estar ni un día sin hablar contigo de nuevo.
—Lo habría hecho, pero no recordaba tu número, tuve que pedírselo hoy a mi madre —rió, yo rodé los ojos y me separé de él
—Sonabas algo molesto por teléfono.
—Me molesté porque no estabas en casa y no contestabas tu celular, es todo. Lamento haberte hablado así.
Se acercó y volvió a besar mis labios, pero se alejó frunciendo el ceño.
—¿Tomaste?
Reí—Un poco.
—¿Un poco?—alzó ambas cejas
—Bueno, un poco harto, pero la borrachera se me pasó un poco cuando caí a la piscina—reí aún más
Tomó mechas de mi cabello mojado y luego tocó mi ropa, también mojada.
—Será mejor que lleguemos a tu casa antes de que pesques un resfriado.
Asentí y él echó a andar el auto.
—¿Cómo caíste a la piscina?—preguntó entrecerrando los ojos.
