SECUELA DE DETENTION
Según Maddison Carter su último año de preparatoria se resumiría en caminar por los pasillos, sola, intentando no pensar mucho en su condenadamente sexy novio y en sus muy especiales amigos.
Claramente no es eso lo que ocurrirá...
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Narra Nathan.
La amo.
Y sé que no se lo he demostrado estos últimos días, pero lo hago.
Soy un imbécil.
Cada vez que quise llamarla o contestarle un llamado la culpa me ganaba, ni siquiera sé como hablar con ella después de lo que hice.
Ni siquiera sé como pude hacerle esto.
No lo sé, con lo de mi madre... la beca... me volví idiota y olvidé lo que siempre olvido cada vez que tengo un problema.
Tengo a la mejor novia del mundo, una que siempre me va a apoyar.
No me dí cuenta, pero tenía a la mejor chica a mi lado y lo jodí todo.
¡Y más de una vez, joder!
¿Qué coño tenía en la cabeza?
Lo arruiné todo.
Los planes, la vida que teníamos preparada...
Ella me va a odiar.
Y ni siquiera pude llamarla para su cumpleaños. Quería hacerlo. Pero no sabía como iba a poder reunir el coraje para hablarle, para decirle que la amo después de lo que hice.
La amo y no hay mentira en ello, pero por lo mismo la maldita culpa me persigue a donde sea que vaya.
No sé en qué momento hablaré con ella y le contaré todo, ni como voy a reunir la valentía suficiente para hacerlo.
Debo estar preparado, porque no sé cuanto tiempo tardará en perdonarme cuando se lo diga... o si siquiera lo hará en algún momento...
No.
Ella me va a perdonar, tiene que hacerlo.
Quizás sea buena idea hablar con ella y pedirle perdón por estos días en los que he estado ausente primero, luego le diré lo otro.
¿Será?
Si, eso tengo que hacer.
Además, el otro asunto no se lo puedo decir por teléfono.
—Hermano... lo jodiste todo—dijo James luego de haberle contado todo lo que pasó.
Rodé los ojos y bufé.
—¡Ya lo sé! Ahora solo necesito pensar la manera de decírselo sin que termine conmigo.
—Maddie es una chica increíble... Es una de mis mejores amigas, ¿¡Cómo fuiste capaz!?
—¿Te vas a poner del lado de Beth?
—¡Por supuesto! ¡Claro que me pongo de su lado! ¡Maddie debe estar sufriendo en este momento, no la llamaste para su cumpleaños! ¡Quizás hasta se esté cuestionando si ella si algo malo!... Tienes que decirle la verdad lo más pronto posible.
—Va a terminar conmigo.
—Seguramente. Pero vas a tener que aceptarlo.
—No puedo... no puedo.
—Te voy a dar un consejo... viaja, ve a donde está Maddie éste viernes y pasa el fin de semana con ella, pídele perdón por lo idiota que has sido estos días, más adelante dile la verdad.
—¿Viernes? Tendría que faltar a la...
—¿¡Me estás hablando en serio!?
—Tienes razón, lo siento. Yo había pensado algo parecido.
—¿Irás?
—Si.
—Perfecto, yo también iré, quiero saludar a Maddie.
—Está bien... Tengo miedo por lo que vaya a pasar más adelante, si ella termina conmigo...
—Vas a tener que aceptarlo. La jodiste, es tu responsabilidad.
Suspiré—Lo sé, James.
Luego de eso nos despedimos y corté la llamada, pasado mañana voy a viajar y arreglaré todas las cosas con Maddie.
La extraño tanto...
Odio estar alejado de ella, odio saber que lo nuestro va a terminar.
Pero sé que me va a perdonar, tiene que hacerlo, de lo contrario... no sé qué sería de mi.
Narra Maddison.
"Te dije que no te enamoraras de mi..."
Después de aquellas palabras Landon le da un beso a Jamie y yo, me ahogo en los bombones que Val me regaló para mi cumpleaños.
He visto esta película tantas veces.... Nicholas Sparks definitivamente sabe como crear un buen romance, creo que debería arreglar un poco mi vida.
¡O simplemente hacer que ese individuo me llame!
Ya no pienses en eso, cariño.
Lo sé, lo sé.
Sólo seguiré disfrutando de la comodidad de mi sofá, mi manta, mis bombones favoritos y la maravillosa película, "Un paseo para recordar"
Las envolturas de los bombones están desparramados por el piso y sé que tengo que limpiar si no quiero que mi madre me reclame en cuanto vuelva del trabajo.
Si no paro ya me voy a comer toda la caja.
Meh, ¿Qué importa?
Doy un sobresalto cuando alguien toca la puerta de la casa... Ugh, luego de que llegué de detención llevaba toda la tarde sin ponerme de pie.
Suspiro y voy a abrir la puerta, cuando veo que es Zac lo dejo pasar y voy directamente a echarme a mi sofá nuevamente.
—Wow, ¿Qué pasó aquí?—preguntó justo antes de saltar sobre el sofá, ubicando todo su robusto cuerpo a mi lado.
—Ahogo mi soledad en chocolate y romance—respondo, luego me comí otro bombón.
Hmmm... el chocolate y el relleno de nutella hacen que todo mi enojo se vaya.
—Cuanto drama—dijo, iba a sacar un bombón, pero lo fulminé con la mirada antes de que lo hiciera—¡Hey, hey! Tranquila, no sacaré. Veo que no te gusta compartir, ingrata.
No pude evitar reír—¿Para qué viniste?
Antes de que me respondiera se detuvo viendo mi muñeca, donde estaba el brazalete que me regaló para mi cumpleaños.
—¿Creíste que me lo iba a sacar?—pregunté alzando una ceja
—No, no... no es eso, es solo... No importa.
Me iba a decir algo, cuando el teléfono de mi casa comenzó a sonar, bufé.
—Ya vuelvo—le dije y me paré para contestar—¿Diga?
Solo se escuchaba el sonido de alguien respirando, lo cual me confundió.
—¿Quién habla?
Fruncí el ceño, de pronto, dándome cuenta... ¿Y si es...?
—Hola, hija.
Aquellas palabras me lo aclararon... es él.
Mi mano derecha se dirigió a mi boca y colgué el teléfono de inmediato.
—¿Ocurrió algo?—me preguntó Zac acercándose a mi, lo miré
