SECUELA DE DETENTION
Según Maddison Carter su último año de preparatoria se resumiría en caminar por los pasillos, sola, intentando no pensar mucho en su condenadamente sexy novio y en sus muy especiales amigos.
Claramente no es eso lo que ocurrirá...
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Algo está sonando.
¿Es mi celular?
¿Qué hora es?
Sin abrir los ojos estiro mi mano hacia el velador para tomar mi teléfono, pero sin querer paso a mover la lámpara y esta se cae encima de mi cabeza.
—¡Agh, joder!
Dejé la lámpara en su lugar y sobé con mi mano el lugar afectado, luego vi mi celular, son... ¿¡Las 12!?
Debí haberme despertado hace mucho.
Luego le contesté la llamada a Val.
—Por tú bien espero que no hayas participado en la tontería de ayer.
—¿La tontería de ayer?
—Los chicos intentaron juntarme nuevamente con Evan.
Reí negando con la cabeza.
—¿Y qué hicieron?— decidí preguntar, Zac no me contó nada
—Intentaron que Evan se pusiera celoso, pero el chico al que usaron tenía gripe y estaba ebrio... créeme que lo que pasó después no será lindo para oírlo, créeme, quedé traumada de por vida.
Llevé mi mano a mi frente.
Eso les pasa por comenzar el trabajo sin mi.
—Por cierto— siguió Val— ¿A donde fuiste? Zac no nos dijo nada.
—No me vas a creer con quien estuve anoche.
—Creo que no quiero saber
—No, no quieres
—Muy bien, solo dilo ya
—Nate.
Suspiró— Agh, no sé por qué, pero lo imaginé. ¿Pero por qué estabas con él?
—Su mamá... La señora Collins está en el hospital, muy débil... Val, yo... necesito acompañarlo ahora.
—La decisión es tuya, solo procura no salir lastimada.
—Nate y yo ya terminamos, ya no me puede hacer daño.
—Solo cuídate.
—Si, tranquila. El tema con Nate es algo... irreparable, no voy a equivocarme una vez más. Pero, por otro lado podríamos decir que el tema de Evan, es algo que se puede resolver
—Maddie...
—No quiero que dejes pasar tu oportunidad de ser feliz
