Capítulo 1

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A las afueras de Londres, en cierta casa, en la cual vivía el matrimonio Ainsworth. El silencio que solía presenciarse en esta era interrumpido por los gritos de la ahora esposa del "Pilum Murialis", quien se encontraba dando a luz a quien sería el fruto de su relación.

  — Cálmate, Ainsworth. Todo estará bien, poniéndote nervioso no harás que sea más rápido.— Reprochó Simon, el sacerdote del pueblo y quien se encargaba de vigilar al mago.

  — No puedo estar tranquilo mientras Chise está ahí dentro gritando de esa manera.— La voz del mago era serena, pero también se notaba la preocupación en esta. Sin apartar la mirada de la puerta, caminando de un lado a otro, esperando que pronto saliera Silky quien se estaba encargando de ayudar a la muchacha.

Ruth, quien compartía casi todo lo que la chica pelirroja sentía, se encontraba igual de preocupado ignorando por completo todo a su alrededor echado junto al marco.    

El sacerdote miró por sobre su hombro viendo entrar a Renfred junto a Alice, quien por cierto ahora era su esposa. Acompañados de un niño de cabellos oscuros, el cual Alice tenía en brazos. 

  — Se nota que es madre primeriza, sus gritos se escuchan desde la entrada.— Cuestionó la rubia, yendo hacía donde los demás se encontraban.

— No hay mucha diferencia a cuando tú diste a luz.— Dijo el azabache, provocando que la mujer se sonrojara de la vergüenza porque era cierto, ella fue igual o incluso "peor".

  

Los minutos pasaron, hasta que en un momento aquellos gritos cesaron para dar paso a un llanto, un llanto que dejó a todos de piedra. La puerta comenzó a abrirse, dejando ver la escena más hermosa que alguno haya visto. Chise, la Sleigh Beggy que tanto dolor tuvo en su vida, ahora se encontraba con una sonrisa plasmada en su rostro mientras sostenía en brazos a una pequeña bebé de cabellos rubios. Ruth fue el primero en correr hacía ellas, quedando anonadado al ver a la tan pequeña criatura, volviendo a su forma humana, acarició la cabeza de la pelirroja felicitándola por el gran esfuerzo que hizo.

Los demás allí presentes ingresaron a la habitación, felicitando a la nueva madre y dando sus mejores deseos para la vida del ser que acababa de llegar al mundo. El único que no había entrado, era el esposo de Chise, quien aún se encontraba de piedra bajo la puerta, dudando si acercarse o no. Temía que la pequeña se asustara de su apariencia, cuando había pensado en transformarse, fue interrumpido por Oberon, quien lo hizo reaccionar dándole un golpe en la nuca.

  — Si tu esposa no se asustó, tu bebé tampoco lo hará. No puedes vivir pensando que todo el mundo temerá de ti sólo por las malas experiencias del pasado.— La espina posó su mirada en el esposo de Titania, el cual le miraba con su típica gran sonrisa.

— Elías, ven a ver a nuestra pequeña... ¿no ansiabas conocerla?.— El mago volvió la vista a su esposa, la cual se notaba cansada pero feliz, esperando que también se acercara. Con algo de temor, recordando las veces que fue llamado "monstruo" por las personas y especialmente niños. Caminó hacía ellas, quedando totalmente hipnotizado por el pequeño y angelical rostro de la bebé, la cual abrió sus ojitos dejando ver que eran de un verde hierba; iguales a los de su madre.  

La pequeña miraba de manera fija a su padre, el cual temblaba por dentro con temor de que llorara, pero terminó por llevarse una gran sorpresa; aquél tan pequeño y frágil ser, le regaló una sonrisa, la sonrisa más pura y adorable que ha recibido en toda su existencia.

Spriggan abrió paso para que entrara la reina de las hadas, Titania. Quien al ver a la bebé, no hizo más que sonreír; se acercó a ella, acariciando sus rubios cabellos.

  — Quise venir personalmente a darles mis felicitaciones, es la combinación perfecta de ambos tanto de manera física como de magia, siento un gran poder en su ser.  Será una gran maga, siempre y cuando pueda controlar lo que emana en su interior.— 

Silky, quien había salido del cuarto regresa con un hermoso vestido color verde pastel, con detalles en dorado el cual había confeccionado ella misma, al igual que los demás atuendos que tenía guardados. Unos pequeños zapatitos con los mismos detalles.

  — ¿Ya eligieron el nombre?, ¿por qué no le ponen Alicia? como "Alicia en el país de las Maravillas" o mejor...— Las neuronas de Oberon estaban al 100, lo que terminó provocando que Spriggan ordenara a los lobos que le atacaran como de costumbre.

   — La verdad, aún no hemos pensado en el nombre...— Mencionó Chise, mientras vestía a su hija para luego volver a acomodarla entre sus brazos. Posó la vista en Elías, quien negó, puesto que tampoco había pensado en uno. Se habían enfocado tanto en que Chise tuviera un embarazo sin complicaciones que no pensaron en lo demás, sólo pensaban en que su bebé naciera sin complicaciones algunas por la fragilidad física de la madre.

  — ¿Qué les parece "Elise"?, además de ser una combinación de ustedes, podría tener sus nombres fusionados.—  Titania, a diferencia de su esposo mostraba una serenidad total al elegir ese nombre, sin bromas, con seriedad. El matrimonio cruzó miradas con los allí presentes quienes afirmaban con la cabeza. Si lo eligió la Reina de las Hadas, no habría oposición alguna.

  — Tu nombre será Elise, Elise Ainsworth.— La Sleigh Beggy besó la pequeña mejilla del fruto de su relación con el mago. 

Una nueva vida llegó al mundo, una nueva historia va a comenzar, ¿qué problemas traerá este nacimiento en el futuro?.

Una nueva vida, una nueva historia... Nuevos problemas...Where stories live. Discover now