Capítulo 30 (FINAL)

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Han pasado dos años de lo ocurrido, sigo sin poder creer lo que padecimos. Pero, les contaré lo que pasó en este tiempo.

Luego de regresar de la colonia de las hormigas, me vi obligada a contarles todo a mis padres. Fue demasiado agotador, temía al regaño, el cual de todas formas me lo llevé. Me arriesgué demasiado al dejar que algo viviera en mi ser y se alimentara de mi energía; no me castigaron pero, si me tragué el enorme sermón de mis papás, especialmente de mi padre...

Joseph ya no pudo volver a entrar en mi, se había recuperado por completo y creo que un poco más. Realmente yo no tenía idea lo de Stella, y por si se lo preguntan... Si, ahora él frecuentaba más seguido y de manera personal a la amiga de mi madre. Él lo negará pero, se ve que hay algo allí, ustedes me entienden.

Llegó ese momento súper incómodo de todo adolescente, si, me refiero a "la charla". Claramente me la dio mi madre, al comienzo no entendía de que hablaba, por lo que decidió hacerlo de una manera lenta hasta que lograra captar el tema y así fue. Mi cara se tiñó del color de su cabello, ¿por qué me lo estaba diciendo?. 

Entre risas me susurró...—Elise, ¿crees que no me di cuenta como tú y Jayden se miran?.— Mi corazón se aceleró al sólo oír el nombre de él. No lo creía, veía a Jayden como algo más que un simple amigo... y jamás me di cuenta. Cuando mi madre terminó de hablar, me moría de la vergüenza, no sabía si podría mirarle la cara a él luego de eso. Oh, si también se lo preguntan, efectivamente él también tuvo "la charla", pero, con ambos padres.

Meses después vino la graduación de Jayden a la que obviamente fuimos todos, y unas semanas después, mi madre dio a luz a... DOS bebés. Si, fueron gemelos, mi padre no lo podía creer, por lo que terminó desmayado.

Mientras yo le intentaba ayudar, digo intentaba porque por su gran tamaño y peso no pude ni moverlo. Mi hermano estalló en risas pero, su pequeño amor terminó dándole un golpe que le hizo cambiar la sonrisa por un gesto de desagrado.

  — ¡¿Y eso por qué fue?!.— 

— ¡Te lo merecías!, en vez de ayudar a tu padre.— 

La típica discusión de los pequeños comenzó, y fue Ruth quien debía separarlos. Mi mamá, quien se encontraba recostada con ambos bebés en brazos, sólo se disponía a preguntar como estaba mi papá. ¿Mis hermanitos?. Fueron bautizados como "Luke" y "Sophie", así es, fueron un niño y una niña. Ambos con el cabello rubio algo oscuro, casi rozando el naranja.

Como agradecimiento a quienes me salvaron de la obscuridad, pedí a mis padres que me llevaran donde fue el encuentro con cada uno de ellos. Primero fui donde mi madre y Mina se conocieron, el viaje fue largo pero, muy satisfactorio. Dejé un ramo de flores en cada lugar, dándoles las gracias. 

Faltaba un lugar el cual visitar, esto sorprendió a mis papás, especialmente a mi mamá...

— ¿Que quieres ir a Japón?.— 

— Si, quiero visitar la tumba de mi abuela Chika y también quiero conocer el lugar donde naciste, mamá.— Pude ver la emoción en sus ojos, me envolvió en sus brazos, y aceptó.

Puse mucho empeño en mi último año escolar, por dos razones. La primera, el viaje a Japón sería mi regalo, ya que nos quedaríamos unos días allá. Y la segunda, para poder ir con Jayden a la universidad. No dejaría que nada me impidiera lograr mis metas.

Y con mucho esfuerzo, logré graduarme del colegio con un buen promedio. Nada me hacía más feliz que ver a mi familia feliz por los logros que he conseguido, haría todo para que estuvieran orgullosos de mi.

Jayden vino a felicitarme junto a sus padres, la verdad, se nos dificultaba mucho hablar últimamente. Nos poníamos algo nerviosos, más cuando nuestros padres estaban cerca, porque susurraban cosas en son de broma. 

Una nueva vida, una nueva historia... Nuevos problemas...Where stories live. Discover now