Capítulo 14

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La mañana llegó, la casa Ainsworth estaba totalmente vacía, todos habían partido de muy temprano hacía la tierra de los dragones para preparar todo. Lindel ya les estaba esperando, sabía que vendrían personas totalmente ajenas al lugar, pero, les aceptaba por el simple hecho de ser los más allegados a su princesa.

  — ¡Elise, Benjamin!.— 

— ¡Abuelito Lindel!.— Ambos niños corrieron hacía el cuidador, el cual los envolvió en un gran abrazo.

Los demás miembros de la familia comenzaron a bajar las cosas del lomo del dragón que les había traído, Silky se llevó los atuendos a un costado para no ensuciarlos y los dejó sobre una manta. 

Efectivamente aún era demasiado temprano para vestirse, por lo que decidieron comenzar con la decoración para luego colocar la comida, el pastel entraría al final. El clima era espectacular, el paisaje ni se diga, los pequeños dragones también pusieron de su parte para ayudar. 

Chise posó su mirada en donde yacía el árbol de Nevin y sonrió. — De alguna manera estarás con nosotros esta noche también...— Dijo esta en voz baja, hasta que sintió un pequeño mareo. Prefirió ignorarlo, por lo que simplemente respiró hondo y llevó la caja que traía en sus mano hacía donde estaba todo lo demás.

— Gracias por dejarme hacer mi fiesta aquí, abuelito.— 

— La verdad, me sorprendió mucho cuando preguntaste si podía prestarte el lugar.— Dijo este entre risas. 

— Simplemente quería que estés presente en el momento más importante de mi vida.— Las palabras de ella hicieron llorar al cuidador y la terminó abrazando de nuevo. Realmente le había emocionado oírla decir eso.

Era un lugar demasiado alejado, por lo que sospechaban que los invitados podrían llegar incluso un poco antes por no calcular bien el tiempo de viaje, así que por eso decidieron dejar ya todo listo para luego sólo ir a cambiarse.

— Yo colgaré esto y tú sostienes la escalera.— 

— Bien, ten cuidado.— Dijo el pelirrojo menor agarrando con fuerza la escalera en la que se subía la niña de ojos color rosa.

— Ten cuidado, Isabelle.— Dijo Ruth mientras ayudaba a Silky con las mesas.

La niña terminó perdiendo el equilibrio y cayó sobre la espalda del niño que terminó con la cara estampada en el suelo. Elise no sabía si reír o ayudarles, se veían muy graciosos. 

Cuando Isabelle y Benjamin hacían algo, siempre terminaban de esa manera o al revés. Los padres de la pequeña rubia sólo miraban a los dos niños en el suelo discutiendo y culpándose entre sí.

Elías junto a Chise y Lindel acomodaban los centros de mesa. Estos eran preciosos, fabricados con cristal, tenían forma de un dragón, eran de un color verde sumamente brillantes. Habían pocas mesas claramente porque eran pocos los invitados, sin embargo, todo parecía de en sueño.

Todo indicaba que sería la velada perfecta, un evento inolvidable. 

Una vez todo estuvo listo, cada uno tomó su traje y se retiró a prepararse, Elise entraría al final. 

Todos se veían sumamente elegantes, las mujeres con unos hermosos vestidos y los muchachos, incluyendo Lindel, con traje. Todo era perfecto. 

Los invitados no tardaron en llegar, ya que Lindel mandó ir por ellos. 

Angélica, junto a su esposo e hija fueron los primeros en llegar junto a Simon. Por detrás llegaba otro dragón alado con Renfred y su familia, además de los muchachos de la universidad.

Una nueva vida, una nueva historia... Nuevos problemas...Where stories live. Discover now