Capítulo 18

847 78 10
                                    

Casi dos semanas habían pasado, Benjamin estaba curado casi por completo, por lo que pronto regresaría al colegio. Elise debía quedarse al menos una semana más por orden de Shannon, ya que su herida no era algo así de simple de curarse.

Elías vio la ocasión perfecta para que los niños comenzaran sus báculos, los cuales al igual que Chise, estarían fabricados con las ramas del árbol de Nevin. Ninguno se esperaba ver entrar a su padre con dos enormes troncos de madera.

  — ¿Papá?. ¿Y eso?.— Preguntó Elise.

Benjamin se encontraba tirado en el sofá, alzó la cabeza y vio a su padre.

— Pensé que era el mejor momento para que comenzaran a preparar sus báculos.— 

Los hermanos se miraron, ¿báculos?. Luego recordaron los que sus padres portaban. Elías le dio un tronco a cada uno y les señaló que salieran al patio. Y cada uno se sentó a un extremo del terreno para así sólo concentrarse en los troncos que les dio su padre.

Elías entró a la casa y se quedó mirando a Chise, la cual estaba comiendo algo que se le hacía familiar de dos ocasiones anteriores.

— Chise, ¿subiste de peso?.— 

Ella terminó por atragantarse y se le quedó viendo. — ¡C-claro que no!.— 

Silky los observaba desde la puerta, haciéndole una seña de que no podría seguir callándose. La chica suspiró, tomó de la mano a su esposo y lo llevó al estudio de este. Era el momento.

Isabelle que regresaba del colegio, fue directamente donde Elise. — Toma, Elise. Tus apuntes.—  

— ¿Eh?. Creí que me los debía traer Jayden.— 

— Tenía.. otros asuntos que atender.— 

Se notaba que la niña ocultaba algo, por lo que la mayor se le acercó y le miró fijamente. 

— Isabelle, te conozco muy bien. ¿Qué pasa?.— 

La rubia menor titubeo y miró a un costado. — La verdad, sólo quería una excusa para preguntarte algo.— 

Isabelle tenía sólo 8 años, pero, actuaba como alguien más adulta y madura, tenía dudas de una adolescente. Elise sonrió y la invitó a sentarse con ella, sospechaba que tenía que ver con su hermano.

— Te escucho.— Dijo ella mientras trabajaba en su báculo.

— Bueno...— La menor suspiró y siguió.— ...¿cómo sabes cuando alguien... te está traicionando?.— 

¿Estaba oyendo bien?. Posó su mirada en la niña.— Le gustas a Benjamin. Creí que ya lo tenías en claro. —

Las mejillas de la pequeña se habían teñido de rojo. —L-lo sé... Lo sé muy bien...—

  — ¿Entonces?. Creo que no comprendo tu pregunta, al motivo me refiero.— 

Isabelle suspiró pesadamente y negó. — Creo que deberías verlo tú misma...— Concluyó y se retiró donde el pelirrojo. Elise quedó más que confundida por lo que acababa de pasar, por lo que decidió volver a centrarse en  lo que tenía en frente.

Mientras tanto dentro de la casa.

— ¡¿E-elías?!.— Chise se encontraba siendo elevada por los brazos de su esposo, finalmente le había dado la noticia.

— No sabes lo feliz que me hace saber esto luego de todo lo malo que ha estado pasando.— Abrazó a su esposa, ella correspondió. Realmente era una gran noticia, el mago no esperaba algo así.

Ruth y Silky se miraron, y sonrieron. 

Una repentina brisa golpeó el rostro de Elise, esta alzó la cabeza y miró a todos lados. Un escalofríos recorrió su espalda, algo iba a pasar. 

Elías regresó con Chise en brazos, los niños la verdad estaban más que concentrados en lo que hacían, casi estaban listos. El mago bajó a su esposa y llamó a sus hijos, y estos acudieron a él.

  — Muéstrenme su progreso.— 

Ambos hicieron lo que su padre les pidió. Eran bastante buenos.

El báculo de Benjamin tenía algunos relieves que formaban una espiral con al parecer pequeños espinos que partían desde la base de este. El de Elise se veía más simple, pero, la punta de este finalizaba con una punta bastante filosa al parecer. Aún faltaba el mango de estos, así que se los entregó de nuevo.

  — Su madre cortará algo de su cabello para el siguiente paso, ¿quién irá primero?.— 

Los hermanos se señalaron entre ellos, luego chocaron sus miradas y entraron a discutir. El matrimonio se les quedó mirando, estos rara vez peleaban, la verdad siempre se llevaban muy bien. Parecía que ninguno quería ser tocado por las tijeras.

— ¡Niños!. Por más que peleen igual ambos deberán dejarse recortar un poco el cabello.— Reprochó Chise, atrayendo la atención de sus hijos; Isabelle, quien estaba detrás de Benjamin aún continuaba pensativa. 

Elise fue la primera en aceptar, por lo que la familia decidió entrar ya que la noche estaba cayendo. La madre de estos comenzó a relatarles lo que Lindel decía sobre el cabello, ya que ella pasó por esto, Elías afirmó que era así a lo que ambos niños oían atentamente y si el "Abuelito Lindel" lo decía, debía ser cierto.

Debido a que el cabello de Elise ya era demasiado largo, casi ni se notaba que había sido recortado, con Benjamin si se notó un poco más. Cuando este volteó a ver a Isabelle, la pequeña miraba a un costado tratando de no reírse.

Silky llamó a todos a la mesa, finalmente era la hora de la cena. Chise aprovechó para dar la gran noticia a los pequeños de la casa, y estos quedaron casi de piedra.

— ¡¿De verdad, mamá?!.— Exclamó Elise quien rápidamente abrazó a sus padres, Benjamin no sabía como reaccionar, iba a ser un hermano mayor... Sonrió y al igual que su hermana saltó a los brazos de sus padres.

Ruth, quien compartía un poco de todo con Chise, estaba muy feliz por ella. Sufrió demasiado y ahora era la madre de una preciosa familia que crecía. 

Comer en la casa Ainsworth era siempre una fiesta, charlas y risas por doquier. Aquella casa tan silenciosa, ahora estaba llena de alegría.

Ninguno esperaba lo que venía a pasos agigantados. Un lazo más fuerte que cualquier cadena iba a surgir. Un corazón iba a romperse en mil pedazos, otro iba a volverse un títere y otro será cegado por una venda de color negro.

Una nueva vida, una nueva historia... Nuevos problemas...Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon