Capítulo 16

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Ninguno de los niños Ainsworth podía asistir aún al colegio por lo ocurrido, ambos debían guardar reposo en casa. 

La familia estaba desayunando, de todos en la casa, Isabelle era la única que debía seguir asistiendo. Las heridas de Benjamin sanaban rápidamente ya que no eran la gran cosa; Elise necesitaba ayuda para movilizarse bien. 

  — Recuerda pasar por mi salón y...— 

— Pedirle los apuntes a tu maestra. Lo tengo.— Dijo Isabelle con una pequeña sonrisa, él le había pedido ese favor y claramente se lo cumpliría. — Bien, me voy. Procura descansar, ¿si?.— 

— ¡Claro!. Que te vaya bien.— Exclamó el pelirrojo, las miradas de ambos se cruzaron por un buen rato, ella rápidamente volteó y salió corriendo.

Ruth salió por detrás, si era él quien la llevaría. Benjamin aún no entendía el comportamiento raro de la pequeña rubia.

Chise suspiró y rió, ella como madre y mujer, entendía lo que pasaba. 

— ¡Isabelle, ven acá!.— La persiguió hasta llegar a la estación, no sabía si ya le afectaba la edad o su hija tenía energía de sobra desde tan temprano. Aunque era algo opuesta a su madre, se callaba algunas cosas y cuando lo hacía, ni el mismo demonio podría hacerla hablar.

Al subir al vagón, una brisa extraña acarició el cabello de Isabelle, lo que le llamó la atención y miró sobre su hombro. No vio nada, así que decidió ignorarlo. 

El viaje a Londres fue tranquilo, ella ya no pensaba en nada, es más, iba discutiendo con su padre y atrayendo la atención de los pasajeros. La discusión era por algo que pasó hace semanas atrás en el desayuno, si, estaban peleando por comida.

Cuando llegaron a la estación se toparon con Jayden, fue una sorpresa la verdad. Este se acercó a ellos.

  — Hola. Yo... quería saber como estaban Elise y su hermano.— 

— Benjamin está sanando rápido, ya que sus heridas fueron más que nada superficiales y nada graves. Elise aún debe guardar reposo, tiene mucho daño interno todavía.— 

Jayden sólo asintió, Ruth aprovechó de encargarle llevar a su hija a lo que este aceptó y el mayor se retiró de regreso.

Ninguno se hablaba, la verdad no congeniaban nunca. Él siempre estaba con Elise y ella con Benjamin, pero, tenían algo en común ahora...

— Así que...— Dijo él.— ... ¿las heridas del mocoso no son la gran cosa?.— 

Ella negó, la verdad se sentía muy sola sin Benjamin. Era la primera vez que no irían juntos a la escuela, ni de regreso a la casa. 

Mientras tanto en la casa Ainsworth, el pequeño pelirrojo se encontraba en su cuarto dibujando, también se sentía solo. En eso, su madre entró.

— ¿Necesitas algo, mi amor?.— Preguntó Chise.

— No mamá, gracias.— Respondió él volviendo a su dibujo. La verdad, sólo eran garabatos, no tenía inspiración alguna. Ahora notaba que la casa era muy callada cuando ellos no estaban... no... cuando Isabelle no estaba.

Quería recuperarse pronto e ir con ella hasta a tomar agua si era necesario. Ella ya en el colegio, sentada en su pupitre, miraba por la ventana del salón. Había muchos ruido, pero, para ella no era lo mismo.

En eso, un recuerdo vino a su mente, haciendo que se olvidara de todo lo demás...

« Flashback» 

Tres años atrás, ambos niños se encontraban en el jardín de la casa jugando.

— ¡La escuela suena increíble!.— Dijo una emocionada Isabelle (5 años).

— Lo es, y pronto tú también irás. Nos iremos y regresaremos juntos.— Respondió Benjamin (7 años).

Todo era risas, alegrías, el único momento aburrido era cuando él partía al colegio y no regresaba hasta la tarde.

El pequeño pelirrojo no quitaba la mirada de su compañera de juegos, parecía que quería decirle algo, pero, no se animaba a hacerlo. Ella por otro lado lo notaba raro, se notaba que sus claras mejillas tenían un ligero tono rojizo, no lo comprendía.

Llegó la hora de la merienda y mientras la disfrutaban jugaban un poco de ajedrez, ambos eran buenos, por lo que jugaban de manera avanzada para sus edades. El niño aprovechó la ocasión, tomó aire y dijo algo que la pequeña rubia jamás habría esperado...

— Isabelle, tú... ¡Me gustas y mucho!.— Las mejillas del niño se pusieron del color de su cabello y agachó su cabeza.

Isabelle alzó su cabeza por la sorpresa, ya que estaba concentrada en el tablero. — ¿Eh?...— ¿Había oído bien?. Su mejor amigo, ¿se le había declarado?.

  « Fin flashback»

Ahora las mejillas de ella estaban de color rojo, cacheteó sus propias mejillas para despertar, llamando la atención de sus compañeros, pero, no les dio importancia. Nunca le había respondido nada, la verdad... no sabía que decirle. 

¿Qué pensaba de él realmente?. Suspiró y apoyó una mejilla sobre su pupitre, no tenía sus ideas claras desde entonces. Algún día tendría que darle una respuesta, tal vez; aunque por otro lado pensaba que sólo era un juego, ya que ambos son pequeños todavía.

— ¿Alguna vez iré a saber que responderle?...— Se dijo para sí misma. Su maestro entró y se posicionó para saludar como de costumbre, tenía que pensar en lo que tenía en frente por el momento o eso quería intentar.

Jayden por otro lado, antes de ir a su salón, se quedó contemplando la vista desde una de las ventanas del pasillo. Realmente todo era diferente sin ella gritando por el pasillo su nombre o tirándose sobre él de sorpresa, ¿la extrañaba?. Negó rápidamente con la cabeza, para él sólo era la costumbre de tenerla cerca.

Al llegar a la puerta de su salón se topó con al parecer una nueva alumna, esta le miró de reojo para luego voltearse y sonreírle. Él le ignoró y entró. 

Cuando logró tomar asiento, vio a su profesora entrar con aquella chica de cabello oscuro que había visto en la puerta del salón. 

— A partir de hoy, tendremos una nueva alumna. Preséntate, querida.— 

— Mucho gusto, mi nombre es Amber Williams. Espero que nos llevemos muy bien.— Miró a todos en el salón, pero, terminó por posar fijamente la mirada en el azabache que la estaba ignorando. Esta sólo sonrió.

Un nuevo juego iba a comenzar, un juego que terminaría destruyendo a alguien.    




      

Una nueva vida, una nueva historia... Nuevos problemas...Where stories live. Discover now