Capítulo 4: Podría haber sido una noche prometedora.

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WILL/KAI

La perdí un segundo de vista, la gente empezaba a acercarse a la hoguera debido al frío que empezaba hacer y ella no estaba. La busqué con una extraña desesperación, no lo entendía, ¿qué me importaba a mí una estúpida niña?

Me concentré en mis amigos, ellos si me importaban aunque nunca se lo diría. Ed hablaba con una chica, alguien a quien yo conocía de antes de la muerte de mi madre, ella era un año mayor que yo pero jugábamos juntos en el patio del colegio.

- ¿De quién es la fiesta? – preguntó Ed a la chica, Sussan creo que se llamaba.

- La damos en honor a mi prima. Hacía mucho que no nos veíamos y ha venido a pasar un par de semanas con nosotros. – contestó esta con una gran sonrisa en la boca.

Era obvio que estaba emocionada, supongo que para ella era todo un honor estar aquí, hablando con Ed y conmigo a su lado. No es que fuese un creído, lo sabía por sus actos, por cómo no dejaba de mirarme de reojo y se sonrojaba cuando yo la pillaba.

- ¿Quién es tu prima? – dije de manera seca y cortante.

Ella se puso a mirar hacia todos los lados, complacida de que le hubiese dedicado cuatro palabras y dispuesta a contestarme lo antes posible.

- Esa de ahí. – dijo señalando a mi chica guerrera, la que estaba en la orilla.

Me largué y la deje con la palabra en la boca, creo que quería decirme como se llamaba su prima pero no quería saberlo, o al menos no de sus labios, quería que ella me lo dijera.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera notó mi presencia, tuve que hablarla para que se girara y me mirara.

- ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? – dije recordando el titulo de una canción.

Ella no contestó, en lugar de eso se me quedó mirando con una ceja levantada y con cara de asco. Yo me senté a su lado para que no tuviera que levantar la mirada y pudiera mirarme bien.

- ¿Qué haces? – dijo ella en cuanto me senté.

- Disfrutar del mar.

- Pues disfrútalo diez metros más para allá. – dijo señalando hacia la derecha, me estaba pidiendo que me apartara.

- Es que este es el sitio perfecto. – dije sabiendo que se mosquearía.

Y así fue, pude ver como la cólera iba subiendo hasta su cara, su mirada era dura e inexpresiva, pero había algo, algo más en sus ojos que no sabría identificar con exactitud, se parecía al interés pero con cierto reproche.

Al final se levantó tirándome la manta a la cara de forma despectiva. Nunca antes me habían tratado así, con desprecio y mostrando una falta de interés que resultaba hasta molesta. Así era como trataba yo a los demás y estaba probando mi propia medicina.

Si piensas que voy aprender de esto, lo llevas claro guapa – pensé mientras me levantaba y la seguía hasta donde estaba su prima”

Yo era William, el motero-mujeriego-villano del pueblo. Nadie se atreve a tener un comportamiento así conmigo y ella no iba a ser la primera.

- Oye Sus, me voy para casa. – dijo esta al llegar donde estaba su prima.

- Pero es muy pronto.

- Tranquila, se volver yo sola. – dijo poniendo una falsa sonrisa que solo yo lo vi.

- Está bien. Toma mis llaves, luego déjalas debajo del felpudo para que cuando yo regrese pueda abrir. – le tendió las llaves y paso de ella para volver a la conversación que estaba teniendo con Ed.

Saga Elementos III: AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora