Capítulo 34: La llegada.

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KAI

El viaje estuvo bien las primeras dos horas, el resto fue como una tortura en la que los asientos incómodos eran las armas que nos torturaban. Habíamos viajado en turista y, aunque está mal que lo diga, no estaba acostumbrado a viajar como el resto de los mortales. Pero es que los asientos de primera son cómodos, tienen reposacabezas decentes y mucho espacio para estirar las piernas.

Por otra parte Eve parecía estar en su salsa, no dejaba de vigilar a cualquiera que hacia un movimiento y controlaba hasta los turnos de las azafatas. Pero incluso paranoica, estaba encantadora.

Y al fin llegamos, no sabíamos que íbamos hacer aquí ni donde nos teníamos que dirigir. Eve había dicho que no importaba, que mientras estuviésemos fuera de Londres todo saldría bien. Teníamos un plan, alojarnos en un hostal e ir en busca de algún rastro que nos conduzca a algún brujo de la luz. Una vez encontremos uno, no sería difícil convencerle que era un elemento y que queríamos ir a la comunidad.

Esperamos en la cinta de equipaje hasta que salieron nuestras maletas, casi noté el alivio cuando las vi salir, todo nuestro dinero estaba ahí. Las recogimos y salimos, era curiosa la actitud de Eve, parecía estar esquivando a la policía.

- ¿Qué haces? – dije entre susurros.

- Hemos librado una guerra en un aeropuerto internacional, si el brujo encargado de que esto no saliera a la luz falla en su misión, las comunicaciones viajan más rápido que los aviones. – dijo mirándome con las cejas levantas.

Vale, lo entendía, seguía paranoica pero en parte llevaba razón. Con una simple llamada o un simple correo electrónico con nuestra foto, nos detendrían en cuestión de segundos.

Pero al fin salimos, la gente se saludaba con sus familiares, los niños abrazaban a sus padres que llegaban de un largo vuelo, los amantes separados por la distancia se besaban apasionadamente. Y un olor de magia nos inundó la nariz.

- ¿Lo hueles? – pregunté con todos mis sentidos alerta.

- Sí, pero es de la luz. Quizás lleguemos antes de lo esperado a la comunidad.

Entonces fue cuando le vimos. Era tan parecido a Ralph en muchos aspectos, que pude ver la pena en el rostro de Eve. No debía tener muchos más de cincuenta años de edad, su físico era impresionante aunque le delataba la falta de pelo y las arrugas en los ojos.

- Hola, mi nombre es Gadreel, soy el jefe de la comunidad de aquí. – dijo él mientras me tendía la mano. – Es un honor conoceros, Ralph me habló muy bien de ti. – dijo eso último a Eve.

- Yo son Kai y ella es Eve. Y el honor es nuestro. – contesté devolviéndole el saludo.

- Bien, síganme. Tenemos un largo viaje hasta la comunidad. – dijo tirando nuestros ánimos por los suelos.

Llevábamos unas mil horas en un avión, lo que menos nos apetecía era hacer ahora un viaje en coche. Pero ninguno de los dos dijo nada, Eve le miraba con recelo y algo de desconcierto, la entendía muy bien y no me sentía muy cómodo siguiendo a un desconocido a ciegas, así que inicié yo el interrogatorio.

- Explíqueme una cosa… ¿Gadreel? – él aceptó con la cabeza, ¿de dónde sacaban estos nombres? - ¿Cómo sabía que llegábamos hoy y ahora?

- Un chico de su comunidad nos llamó avisándonos. – Steeve, debía ser él. – También me pidió que le dijera a la señorita Murray, así lo dijo él, que Ralph está fuera de peligro. No me quiso decir nada más, así que espero que ustedes me lo expliquen.

- Yo soy la señorita Murray y no sabes cual peso me quitas de encima ante esas palabras. – dijo con un suspiro.

Y tras decir eso, le explicó todo, como nos perseguían los sombras, como luchamos unas cuantas veces y que incluso el elemento de tierra nos ayudo, le contó todo lo del aeropuerto y como murió Ralph para luego volver a la vida.

Saga Elementos III: AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora