Capítulo 13: ¿Estás loca?

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EVE

Sabía que era irracional sentirme así, pero desde que hemos entrado en el cementerio siento que me falta el aire. Era la segunda vez en mi vida que entraba en este lugar y parecía que nada había cambiado. Recordaba cada tumba y cada árbol, como si hubiese venido todos los días, como si viviera aquí.

Pero seguía siendo irracional, no podía sentirme así sabiendo que en realidad mis padres no estaban aquí. Aquí solo había dos tumbas vacías, ellos descansaban en el cementerio de luchadores de la comunidad, entonces ¿qué me pasa? ¿por qué me sentía así?

Will acababa de contármelo todo y yo solo podía sentir admiración hacia él. No estaba orgullosa de sus métodos pero podía entenderle y ahora también podía admirarle, él ha hecho algo que yo no he conseguido aun, él me ha contado su verdad y en cambio yo me guardo la mía.

- ¿Puedo enseñarte, ahora yo, algo? Es importante para mí. – dije armándome de valor.

Parecía algo confundido, pero claro, no me extrañaba. Él me había confesado su vida, lo que le atormenta e incluso sus miedos de convertirse en algo que no quiere ser. Y yo le hacía esta extraña petición. Era para estar confundido.

- Claro, lo que quieras. – contestó al fin.

Agarré su mano tal y como habíamos hecho en la playa, su contacto era como mi fuente de energía, pero por otra parte también era una sensación agradable. Pero si hablamos de sensaciones agradables, no podía olvidar ese último momento en el agua, su nariz rozando la mía y sus ojos mirándome con deseo. He de reconocerlo, en ese momento deseaba que me besara, lo deseaba con todas mis fuerzas.

¿Yo, desear que me bese alguien? Eso era algo imposible. Odiaba a este chico, incluso ahora que me había contado la verdad y entendía porque era como era, le odiaba. Pero ¿por qué le odiaba? En realidad nunca me ha hecho nada, solo ha sido un poco chulo de actitud, pero ese no es motivo de odiar a nadie. ¿Y si le odiaba por cómo me hacía sentirme? ¡Agg! ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?

Y por culpa de mis dudas e incertidumbres, hacía esto mucho más peligroso. Por eso tenía que contarle la verdad, ya que al parecer no voy a ser capaz de ser su protectora, al menos seré quien le cuente todo.

Íbamos andando entre las tumbas sin decirnos una palabra, no sabía muy bien que decir y su confesión me había dejado tan alucinada que no tenía palabras que ofrecerle, solo podía ser sincera con él, se lo merecía.

Sabía exactamente donde estaba la tumba falsa de mis padres, estaba en un rincón del cementerio, algo apartada del resto y a los pies de una pequeña montaña llena de árboles llorones.

Estábamos a tan solo dos metros de la tumba, ya podía distinguir la inscripción. Mi corazón pareció acelerarse de manera incomprensible dentro de mi pecho. Era como cuando visitaba a mis padres en sus tumbas verdaderas, la pena me inundaba hasta tal punto que me aceleraba el pulso. Pero aquí no debía de sentir pena, ellos no estaban aquí.

Debía centrarme, no puedo dejar que mis emociones nublen mi poco juicio, debo encontrar la manera de contarle a Will toda la verdad.

- Will, ¿te acuerdas de cómo era mi nombre completo? – dije mientras paraba a metro y medio de la tumba.

- Eve Marie Murray – dijo él mirándome con desconcierto en los ojos.

Pero yo no podía quitar los ojos de enfrente, sus nombres gravados en piedra me hipnotizaban y me hacía sentirme realmente sola. Al final Will miró también y apretó mi mano fuertemente cuando leyó:

“Aquí yacen Lydia y Marshall Murray. Vuestra hija no os olvida”

- ¿Son tus… son…? - titubeó

Saga Elementos III: AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora