Capítulo 11: Mentiras forzosas.

55.5K 4.1K 264
                                    

EVE

Después de que Will se marchara de la plaza de esa manera extraña, como si estuviese enfadado, Sussan me bombardeó a preguntas de toda clase como: ¿qué hacías con él? ¿Por qué tenéis una cita? ¿Cuántas veces nos hemos visto a solas?… No quería darle ninguna respuesta, no le importaba y tampoco quería mentir, así que me dediqué a hacer gestos con los hombros y a usar el “no sé” con demasiada frecuencia, hasta que se hartó.

- No puedo creerme que no me vayas a contar nada. Soy tu prima, ¡por el amor de dios! Algún derecho tendré que tener – dijo ella haciendo gestos exagerados con los brazos.

- Es que no hay nada que saber. Él quiere llevarme a un sitio y yo he accedido a ir. Cuando haya algo más que contar, te lo diré. – eso último era mentira, pero era la única manera de que me dejara en paz.

Al final me dio por imposible y volvió con el grupo de gente. Yo la seguí e intenté integrarme, pero por alguna razón no podía dejar de pensar en la manera en la que se había ido, parecía enfadado por algo, pero… ¿por qué?

Solo le había dicho a mi prima que lo nuestro no era una cita, ahí fue donde todo cambio. ¿Y si él quería una cita? Pero no podía querer una cita conmigo, a no ser que fuese masoquista o algo por el estilo. Desde que le conozco no hemos dejado de discutir por todo, no hemos tenido ninguna conversación normal sin acabar con juegos o insultos.

Pero había otra razón mucho más importante por lo que lo nuestro no podía ser una cita, yo era, de alguna manera, su protectora. Él podría ser un elemento, cada vez estaba más segura de que lo era, todos los hechos indican que lo es.

Y si lo es y yo soy su protectora, las normas estaban claras ante eso: “Un protector no podrá tener ningún tipo de relación sentimental o amistosa con su protegido. En el caso de ser así, al protegido se le asignará otro protector al verse el primero implicado emocionalmente.”

Yo ya había confesado que no estaba en condiciones de protegerle sola debido a nuestros temperamentos, por eso venía Steeve a ayudarme. Pero de ahí a estar implicada de forma sentimental o amistosa, había un gran trecho.

Ya estaba anocheciendo cuando Sussan dejó de tontear con el tal Ed y vino a decirnos que nos íbamos. En toda la tarde solo se me había acercado una chica para intentar entablar una conversación conmigo, pero apenas la escuché por estar enfrascada en mis pensamientos.

- No te costaría mucho ser amable con mis amigos. – dijo mi prima con los morros apretados y los brazos cruzados en el pecho mientras íbamos camino a casa.

- ¿Disculpa? – dije haciendo que no la entendía.

Pero sí que sabía de que hablaba, lo que no sabía es que contestarla. Que podría decirle, que todos sus amigos me parecen unos falsos igual que ella, que ninguno tiene la suficiente integridad para enfrentarse a alguien que los amenaza.

Aunque la verdad es que cada vez estaba más convencida que lo que me había dicho Will acerca de lo que se creé la gente. Porque la verdad, ya llevo aquí un día y no le he visto amenazar a nadie, a nadie que no sea yo claro.

Quizás fuese así  en algún tiempo, quizás le pasara algo para empezar a ir pegando a la gente y consiguiendo el respeto a base de amenazas. Sussan me dijo que su madre murió, quizás fuese eso, solo un niño triste y perdido por la falta de madre.

Entonces sentí una especie de conexión entre ambos. Los dos habíamos perdido a gente y los dos nos sentíamos solo y en ocasiones perdidos.

- Eve, ¿me estas escuchando? – dijo mi prima mientras me golpeaba el hombro. Ni siquiera me acordaba de que estábamos hablando, ni siquiera era consciente de que estábamos manteniendo una conversación. – Ves, a esto me refiero. Te encierras en ese mundo tuyo y aunque la gente se te acerque, tú ni te enteras.

Saga Elementos III: AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora