14.- Debrah tiembla

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Nathaniel salió del instituto ya tarde, después del castigo había tenido que seguir con papeleo.

-Te tardaste mucho.- Castiel habló.

Nathaniel volteó a verlo extrañado.

Castiel estaba recargado en la barda de la escuela. Se acercó al delegado y tomó su mochila.

Nathaniel sonrió.

-Gracias.

Castiel movió los hombros. Molestar al rubio y besarlo era una cosa, pero no sabía por que le nacía cuidarlo.

-Te acompaño a casa.- Caminaron en silencio un largo tramo del recorrido.

Nathaniel observó la casa del pelirrojo de lejos.

-Había olvidado que un camino a mi casa pasa por la tuya.

-¿Tanto así me bloqueaste?- Castiel sonrió.

Nathaniel suspiró.

-Tonto.

-¿Que te pasa delegado? Estás raro, más que de costumbre.- Castiel se frenó.

Nathaniel sonrió de lado.

-Nada, estoy cansado.

Castiel sonrió.

-Ven.- lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta de su casa. Los dos entraron.

-¿Y Demonio?- Preguntó el rubio. Esperaba al gran perro pero no lo veía.

-En el veterinario en vacunas de rutina y baño.

Nathaniel asintió.

Castiel sonrió y observó al rubio. Le encantaba observarlo, ver su cara serena pero nerviosa. Con esa pizca de confianza...

-Eres demasiado atractivo maldito delegado.- Se acercó a él y lo besó. Castiel dejó caer las mochilas y tomó de la cintura al rubio, este se colgó del pelinegro, paseando sus dedos por los cabellos de este.

Castiel sabía que no podía resistir más, quería tomar al rubio en ese mismo momento.

Guió al rubio hasta el sillón y le dio un ligero empujón para que cayera acostado en el.

Se sentó encima y volvieron a juntar sus labios.

Castiel bajó su boca al cuello del delegado.

Nathaniel soltó un ligero gemido que enloqueció más al rebelde. Castiel metió su mano bajo la camisa del delegado. Ahí Nathaniel reaccionó. Pegó un salto y se levantó.

Castiel lo observó extrañado.

-¿Que pasa?

Nathaniel tomó su mochila. Le dolía cargarla, pero tenía que salir de ahí.

-Tengo que irme.

-¿Qué?

-Me voy.

Castiel sonrió de lado.

-Tú no vas a ningún lado.

Nathaniel caminó hasta la puerta, Castiel lo detuvo del brazo.

-Me tengo que ir Castiel.

-¿Por qué?

Se observaron a los ojos. Nathaniel desvió la mirada.

"Porque no puedes ver mis golpes..."

-Por que tengo que llegar a casa temprano.

-No me vas a dejar con una erección.

Nathaniel volcó los ojos sonrojado.

Amor en tiempos de Debrah.Where stories live. Discover now