Amor en tiempos de Debrah.

25.- Fiesta.

-¿Entonces si?- Debrah sonrió falsamente al señor trajeado frente a ella.

-No entiendo, tú dijiste que él se lo estaba creyendo mucho y que era mejor dejarlo fuera.

-Pero está preparando muchas canciones, solo deja que saque unas tres más en lo que estamos en la gira y si se pone muy insoportable lo sacamos.

El señor suspiró. Haber elegido a Debrah y Castiel como nuevos talentos no le estaba saliendo como pensaba.

-Está bien... Pero si actúa muy creído lo corro a la primera.

-¡Si!

La chica sonrió. Su móvil sonó.

-Bueno. Te veo mañana en el ensayo, lleva a Castiel.

El señor salió de la cafetería mientras Debrah contestaba.

-¿Si gatito?

-Ya salí de la estética...

Debrah volcó los ojos.

Si no fuera por que Melody le había dicho hace varias semanas que Nathaniel y Castiel habían estado muy juntitos en la bodega del estúpido campamento, lo abría votado ya.

Pero no.

Hasta había retrasado el inicio de sus presentaciones para que el manager aceptara llevar a Castiel y poder ver llorar y sufrir al estúpido delegado que la había rechazado.

-¿Y cómo te sientes?

-Raro...

-Lo siento gatito.- La chica uso su tono más meloso.- Tengo que irme, estoy con Mel y necesita mi ayuda.

-Si... Iré a la fiesta de Lysandro... Me dijeron que te invitara...

-Lo siento. Mel está un poco triste. Chao.

- Adiós...

Castiel suspiró mientras se observaba en el espejo de una plaza. Llevaba el cabello pelirrojo y había cambiado su outfit por una playera roja, una chaqueta de cuero negra y unos collares negros.

"¿Le gustará a Nath?"

Agitó su cabeza.

¿Por qué ahora pensaba en esas tonterías?

De hecho, hasta estaba indignado con el delegado. Esta semana había estado huyendo de él y Armin lo cubría.

Solo se apartaban en la sala de delegados y el friki no lo dejaba verlo. Así, sin explicación.

Su móvil sonó.

-Hablando de rey de los estúpidos delegados...- Contestó.- ¿Que quieres?

-Castiel... ¿Irás a la fiesta que Su le preparó a Lysandro?

-Claro. Lysandro es la única persona que soporto del instituto.

Nathaniel rió triste.

-Pensé que te podía ver en el parque para irnos juntos... No sé cómo llegar a casa de su hermano...

-Pues ve con Armin. Al parecer es tu sombra.

Nathaniel suspiró.

Su padre había tenido unos días muy difíciles en el trabajo y eso le había causado más de un encuentro desagradable al delegado con los puños de este. Se había visto en la necesidad de pedirle ayuda a Armin para mantener alejado a Castiel, por suerte, el friki no había preguntado mucho.

Y es que si Castiel insistía mucho, el delgado se iba a sacar la ropa y el rebelde vería moretones y heridas, y esta vez no tenía una excusa.

-Perdón... Armin ha estado raro y me preocupa.- Eso no era mentira al cien. El friki se había tornado un poco serio, lo cual era demasiado extraño para su personalidad.- Pensé en compensarlo hoy...- Nathaniel se revisaba en el espejo la espalda. Ya casi no se veía nada.- ¿Lysandro tiene una recámara grande?