Amor en tiempos de Debrah.

37.- Epílogo.

Nathaniel se acomodaba la corbata frente al espejo.

Suspiró al terminar y se observó unos segundos.

Ocho años habían pasado desde que habían terminado la preparatoria, ahora vivía junto a Castiel en un piso bastante bonito en el centro. Todo avanzaba...

-¿Todo bien?- Castiel entró a la habitación y se acercó sonriendo. El pelirrojo también tenía un traje.

-Si...- El rubio sonrió.- Solo pensaba tonterías.

-¿Las bodas te ponen sentimental?- Se burló Castiel.

El rubio volcó los ojos.

-¿Ya nos vamos?

-Si, todos quedaron de llegar a la iglesia.

Tomaron sus cosas y salieron.

Al llegar a la iglesia observaron a Armin y Lysandro parados cerca de la entrada.

-¡Hola!- Armin los saludó alegre.

-Hola. ¿Y la novia?- Preguntó Nathaniel.

-Acomodando los últimos detalles del vestido con Alexy... Ya saben cómo es.- Lysandro contestó.

-¿Y como está Alexy?- Preguntó Castiel.- La vez que fue a nuestro concierto estaba...

-Triste.- Nathaniel completó.

Armin suspiró.

-Está como cada que Kentin se va al campo militar, pero esta vez solo es por cuatro meses, estará mejor rápidamente. Aparte Kentin hará todo lo posible para que sea la última vez que tiene que irse.

Todos asintieron.

-¡Lucía!- Lysandro llamó la atención de una niña pequeña que jugaba en una banca cerca de una señora mayor.- ¡Ven!

La pequeña observó a su padre con resignación y corrió hasta él.

-Solo jugaba...

-Ya te dije que jugar está bien, pero no molestes a las personas.- Lysandro la cargó.

-¡Papá dile algo!- La niña observó con lágrimas en los ojos a Armin. El azabache sonrió.

-Ve a jugar, yo me encargo de tu padre.

Lysandro suspiró rendido y bajó a la niña que enseguida salió corriendo.

-¡Pero no te alejes mucho!- Armin sonrió.

-¿Se estan adaptando bien?- Nathaniel observó a la niña alejarse.

-Si.- Lysandro sonrió.- la madre de Armin se llevó muy bien con Lucía, cada que tenemos concierto o Armin tiene que viajar a alguna conferencia, ella nos pide cuidarla.

-Y los padres de Lysandro llenan la casa de galletas y golosinas cada que les decimos que vamos a ir.

-¿Y los del gobierno?- Preguntó Castiel.

-Siguen haciendo visitas y Lucía ve a un psicólogo para que entienda bien todo, pero está realmente feliz y ellos ven eso... Esperemos en un mes nos den la liberación entera y sea nuestra hija legalmente.- Lysandro habló.

-Si, parece que ya superamos todas la pruebas que hay.- Armin le sonrió a su esposo.

Castiel asintió alegre por sus amigos.

Llevaban más de dos años intentando adoptar y por fin lo habían logrado.

Se habían encariñado con Lucía en cuanto hablaron con ella y la niña también los había aceptado bien.