28.- Tan cerca.

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Sucrette llegó corriendo a la clase de geografía. Aún no llegaba el profesor pero, Alexy, Kentin y Rosalya ya estaban.

-¿Y los demás?- Preguntó Sucrette.

-Una historia larga...- Alexy habló.- Creo que Lysandro y Armin se traen algo... Algo amoroso.

La azabache abrió los ojos sorprendida.

-¿¡Qué!?

-Si, y por favor no te pongas celosa por qué Lysandro ya tiene problemas con Armin.- Habló Rosalya.

Sucrette volcó los ojos.

-Salgo con Dake ¿Recuerdas? Que sean felices, pero necesito decirles algo... Le enseñé la grabación a Melody.

Los tres amigos se acercaron más a la chica.

-¿Qué?- Rosalya palideció.-¿Qué pasó?

-Tranquila, sé que fue arriesgado, pero salió bien. Melody me creyó y es más... Dice tener algo que podría ayudarnos, pero dice que solo puede enseñarlo mañana en la última hora.

Todos asintieron. Uno pensaría que los amigos habían dejado el asunto de Debrah por qué se iría, pero no.

Era ya un tema de justicia.

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-Nathaniel, yo te cubro siempre, te apoyo, soy buen amigo, déjame ir.

Nathaniel volcó los ojos y siguió arrastrando por los pasillos al friki.

-Por eso lo hago, mereces ser feliz.

Armin suspiró.

-¿Y que te dice que lo sería con Lysandro?

-Todo, se nota que te gusta.

Armin negó.

-Solo se hacen ideas.

Nathaniel soltó a su amigo y lo encaró.

-Los dos se gustan, si, tal vez Lysandro lo jodió un poco saliendo con Sucrette, pero ya no es así. Pueden estar juntos o solo conocerse más y ver que sale, pero ya es algo. No tienes idea de lo que daría por poder tener más oportunidades con Castiel.

Armin observó a su amigo. Era cierto, él tenía todo para ser feliz.

-Tienes razón... Perdón.

-Tranquilo, estás nervioso, lo entiendo.

Armin asintió.

Alzó la vista y observó a Lysandro y Castiel frenandose de golpe al verlos.

Nathaniel se volteó y sonrió.

-¿Entonces que quieres hacer?

Armin respiró profundamente para darse valor y caminó hacia el albino seguido de Nathaniel.

Castiel sonrió.

-Bueno, Lysandro, te dejo. Tengo cosas que hacer con el delegado.

Tomó al delegado del brazo y se alejaron.

Armin sonrió de lado.

-Siguen de conejos.

Lysandro asintió.

-Se les acaba el tiempo.

Los dos guardaron silencio mientras se observaban. Armin suspiró.

-Lysandro... Perdón.

-No te disculpes, yo fui el que desde que nos hablamos, ha estado fallando como amigo.

Armin se mordió la lengua y suspiró.

Amor en tiempos de Debrah.Where stories live. Discover now