Amor en tiempos de Debrah.

34.- A la boca del lobo.

Amber tomó rápidamente su bolsa y salió corriendo de su cuarto. Bajó las escaleras mientras se aseguraba que su padre siguiera en la puerta del patio. Al ver que el señor cerró de un portazo y volteó. Retrocedió asustada.

-¡AMBER!

Corrió y se agachó atrás de un sillón. Aguantó la respiración.

-¡VEN EN ESTE MOMENTO NIÑA, ESTÁS EN PROBLEMAS!- Francis cerró la puerta de dentro con llave y subió las escaleras en busca de su hija. Amber corrió a la puerta y buscó sus llaves en la bolsa... no estaban.

Se maldijo y  corrió con todas sus fuerzas hasta el jardín trasero. Se escondió atrás de un arbusto y marcó el número de su hermano.

-Hola, soy Nathaniel, deja tu mensaje y te contactaré en cuanto pueda.

La chica suspiró, eran las doce de la noche, era obvio que Nathaniel ya no contestaría.

-Nathaniel, Francis está enojado, mucho... Nath... La policía vino, pero no se lo llevaron, no sé que hizo... Pero está en serio furioso, mamá no está... Yo me estoy escondiendo... tengo miedo... Cuídate mucho.

-¡AMBER!- Francis salió al jardín trasero.-¡ESTÁS MUERTA NIÑA!

La chica se encogió lo más que pudo, Francis la encontraría en cualquier momento y si, estaba muerta.

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Nathaniel despertó en la madrugada y sonrió. Castiel dormía a su lado.
Se levantó y caminó tranquilamente hacia la cocina.

Lysandro dormía en el sillón.

Se sirvió agua y tomó tranquilo.

Suspiró.

Se sentía muy bien, haber denunciado le había quitado un gran peso de encima... Aunque no todo.

Caminó a la recámara de nuevo.

Tomó su celular y observó las llamadas perdidas de su hermana.

Marcó al buzón de voz.

Volteó rápidamente al escuchar el mensaje de Amber.

Castiel dormía aún.

Nathaniel pensó en las posibilidades, no quería meter en más problemas a Castiel, ni a sus amigos. Se colocó los tenis y salió lo más silencioso que pudo. Había sido buena idea dormir con pantalones y una playera.

Observó a Lysandro y salió del lugar, bajó las escaleras en silencio. Suspiró antes de salir corriendo hacia su casa.

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Castiel abrió los ojos y enseguida notó que alguien le faltaba a lado. Se incorporó.

-¿Nath?- Se levantó y entró al baño buscando a su novio. Salió hacia la sala.

-Buenos días.- Lysandro le sonrió.- ¿Algo ocurre?

-¿Y Nathaniel?

Lysandro frunció el ceño.

-¿No estaba adentro contigo?

Castiel palideció. Corrió por su celular y le marcó.

"-Hola, soy Nathaniel, deja tu mensaje y te contactaré en cuanto pueda..."

-Maldita sea...- Guardó su móvil.

-Tranquilo.- Lysandro sonrió.- Tal vez fue a comprar algo o...

-O se largó con Francis.

-¿Por qué haría algo así?

-Miedo.