32.-Rosalya y su corazón.

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Nathaniel despertó en una habitación blanca. Suspiró, todo le dolía.

Se incorporó un poco y notó que en su mano tenía una intravenosa. Observó mejor la habitación.

-¿Un hospital?- Sonrió, por un momento pensó que Amber y Armin lo habían sacado de su casa, pero al abrirse la puerta, observó a Francis.

-Hasta que despiertas.

Nathaniel suspiró desilusionado.

-Llamaré al medico para sacarte enseguida. Tenemos que comprar unos boletos.

-¿Boletos?

-Si, de avión, logré que me transfirieran a estados unidos. Nos vamos hoy, bueno, tu y yo. Amber y tu madre se quedarán a que tu hermana termine el año.

-¿Yo no?

-No dejaré que te acerques a Castiel de nuevo.

Nathaniel bajó la vista.

Una doctora entró con una sonrisa tranquila.

-Buenos días.- Saludó al señor.- Buenos días Nathaniel, me alegra verte despierto. ¿Cómo te sientes?

El rubio hizo una mueca.

-Como para desear estar muerto.

Su padre volcó los ojos.

-¿Y el médico que lo atiende? Ya despertó, denlo de alta para irnos de una vez.

La doctora empezó a revisar el goteo de la intravenosa.

-No puede irse aún, acaba de despertar, tiene que estar doce horas estable para darlo de alta y el médico que tenía salió de vacaciones, yo me encargaré, no se preocupe.

-¿De vacaciones? No se si le informaron que mi hijo es un caso especial.

-Claro que me informaron.- Empezó a tomarle la temperatura y la presión.

-Entonces entiende que si yo digo que nos vamos ahora mismo...

-Si se van ahora mismo, regresará en unas pocas horas por infección o algo similar, tiene que estar en observación doce horas, y sin importar cuanto pueda pagar, este hospital no es negligente, el joven se queda, vuelva por él en la noche, si el día transcurre bien, lo damos de alta.

Francis se cruzó de brazos irritado.

-Vuelvo por ti más tarde.- Salió de la habitación dando un portazo.

-Bien, parece que estás bastante bien.- Se agachó para sacar una bolsa de un mueble.- Ten.- Se la tendió.- Aquí está la medicina que necesitarás para recuperarte bien, también recetas con las especificaciones, cualquier duda, le hablan a Patrick.

Nathaniel la observó extrañado.

-¿Patrick?

-Si, mi esposo. Espera aquí.-La señora salió. 

Nathaniel observó todo otra vez desconcertado.

-¡Bien Nathaniel! No hay tiempo que perder.- La doctora entró y le quitó el suero.- Te esperan abajo.- Un camillero entró con una silla de ruedas.

-¿Que? ¿No dijo que hasta la noche?- Contestó alarmado.

-Si, pero no te espera tu padre.

-¿Que?

-¡No hay tiempo! Vamos, te lo explican abajo.

Con ayuda del camillero, se subió a la silla. Tomó la bolsa y enseguida se dirigieron al elevador. Este bajó hasta el sótano uno. Y al abrirse las puertas, enseguida vio a Castiel.

Amor en tiempos de Debrah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora