Amor en tiempos de Debrah.

16.- Continuemos el trato.

Todos los amigos estaban en la cafetería almorzando.

-Rosalya no vendrá, está enferma.- Habló Sucrette.

Lysandro se mordió la lengua para no preguntar.

-Que día para faltar...- Alexy suspiró.

Kentin lo rodeó con su brazo por los hombros.

-¿Más tranquilo?

Alexy asintió.

-Me calma saber que tengo amigos que no me dejaran solo.

Todos sonrieron.

Armin observó al albino.

-Lysandro... Gracias por ayudarme a deshacerme de todas las hojas... Tú y Castiel no tenían porque hacerlo.

Lysandro le sonrió y Armin le correspondió, esa sonrisa serena del albino, le calmaba demasiado.

-No te iba a dejar solo, y ya les he dicho, Castiel no es malo.

Nathaniel asintió sin saber que sentir al respecto.

Castiel no era malo, pero estaba sumergido en una realidad pintada por Debrah.

-Tu sonrisa es muy linda.- Habló Sucrette.

Lysandro sonrió de nuevo.

-Gracias.

-¿Y ahora?- Preguntó Alexy.

-¿Ahora?- Kentin lo observó.

-No soy vengativo... Pero en serio tenemos que parar a Debrah...

Sucrette suspiró.

-Me aclaró que si no paramos... Va a seguir buscando como dejar mal a todos. ¿Todos quieren seguir?

Nathaniel suspiró.

-Es mi pelea. Ustedes mejor ya manténgase al margen, no quiero afectarlos más...

-Tambien es mi pelea ahora.- Alexy habló.

-Es de todos.- Sucrette sonrió.

-Yo quiero ayudar a Castiel, así que si, es de todos.- Lysandro aportó.

-¿Seguros?- Nathaniel los observó.

-Si.- Armin sonrió.

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A la segunda hora, los amigos regresaron a la escuela.

Al entrar al aula de historia, todos enseguida observaron y empezaron a murmurar de Alexy.

El peliazul se frenó en la puerta con mal semblante.

Kentin se acercó y lo tomó del brazo.

-A la mierda todos ¿Recuerdas?

Alexy sonrió.

-Si.

El militar llevó a su amigo hasta su lugar y se sentaron juntos.

Armin suspiró al verlos y Nathaniel se sentó a su lado.

-Tranquilo, estará bien.

-Si, pero me preocupa que Alex se confunda con las actitudes de Kentin...

Nathaniel observó a sus dos amigos.

Era cierto que Alexy tenía un brillo en los ojos que Kentin no.

-Eso no se controla Armin...

-Tú lo sabes bien.- El azabache sonrió burlón.

Nathaniel bufó.