Veintisiete (*)

74.5K 3.9K 258
                                    


William

Desde nuestra última discusión con Anna, las cosas parecían haber mejorado demasiado. No habíamos tenido otra discusión, tampoco otro malentendido y era algo que agradecía profundamente.

Odiaba discutir con ella, odiaba la incomodidad y la distancia que se presentaba en nosotros cada que eso ocurría, era una tortura, así que me esforzaba constantemente por evitar cualquier desacuerdo que pudiera surgir entre nosotros.

—¿Quieres algo? —inquiero hacia Anna, ella eleva la vista de la revista que se encuentra en sus manos —Puedo pedirle a Lisa que te traiga un café, o lo que desees.

Una ligera sonrisa se dibuja en su rostro mientras niega.

—Estoy bien —asegura.

Anna había decidido acompañarme hoy a la empresa, su propuesta me había dejado algo sorprendido cuando la escuché pedirme eso, al parecer, quería conocer un poco del mundo empresarial en el que me desenvolvía, así que, tras un breve recorrido por la empresa y presentarla a un par de socios que se encontraban en el edificio, habíamos regresado a mi oficina.

Parecía que, a pesar de la postura relajada que mantenía, el aire elegante no se iba de ella en ningún momento.

—¿Segura? Si te aburres aquí puedo...

—Liam, estoy bien —responde con suavidad —lo cierto es que me resulta verdaderamente atractivo la forma en la que te encuentras en ese escritorio —no me pasa desapercibido el tono juguetón que emplea. La observo dejar a un costado la revista, mientras se incorpora para caminar hacia donde me encuentro.

La silla giratoria en la que me encuentro se mueve a un costado cuando ella la voltea para quedar frente a mí, luego, se sienta sobre mis piernas. Acerco mi rostro al suyo, solo para terminar acariciando su cabello con mi nariz porque ella ha volteado.

—¿Qué documentos son? —cuestiona con curiosidad.

—Contratos de compraventa, algunos de asociaciones, entre otras cosas —informo acercándome un poco más a la mesa. Ella toma un par de ellos para observarlos, y luego, los deja de nuevo en el sitio.

Antes de que pueda decir algo más, la puerta de la oficina se abre. Gracias al cielo no caemos cuando Anna se impulsa con brusquedad hacia atrás y se incorpora con rapidez, alisando la falda del vestido que trae puesto.

La gracia que me causa su repentino sobresalto pasa cuando noto quien ha entrado.

—William lo lamento, él no...

—No tengo porque pedir permiso para entrar —masculla con molestia Joan. Le hago un ademán a Lisa para que se marche, y ella lo hace algunos segundos después.

—¿Qué es lo que te trae por aquí? —inquiero incorporándome.

—¿Qué fue lo que le dijiste al abuelo? —cuestiona acercándose —¿Qué mierda le inventaste para que decidiera retirarme del cuerpo de accionistas?

Un suspiro molesto brota de mis labios mientras rodeo el escritorio para colocarme frente a él.

—No tuve necesidad de decirle nada —mascullo —él fue quien tomó la decisión.

—¿Y esperas que me trague eso? —cuestiona dando un paso para quedar cerca de mi cuerpo —Que te jodan, William.

—Bastó con decir que te cedía mi puesto —confieso —Solo eso tuve que hacer para que el abuelo tomara una decisión, ahora, estás frente al dueño de todas y cada una de las empresas Blake ¿necesitas algo más para que quede claro? —inquiero de forma retadora.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora