Treinta y nueve. (*)

67.2K 3.4K 145
                                    


ANNA

Montserrat se encuentra más callada que de costumbre, juega con sus manos mientras luce demasiado inquieta, como si algo estuviese preocupándola.

—¿Ya les dijiste? —inquiero luego de un largo silencio —A tus padres ¿ya lo saben?

Ella asiente con lentitud, un suspiro tembloroso brota de sus labios antes de atreverse a enfocarme con la mirada. Habían pasado un par de semanas desde nuestro último encuentro, y no sabía con exactitud y los señores Lewis ahora estaban al tanto del estado de su hija.

—Lo hice —informa.

—¿Cómo lo tomaron? —inquiero.

Ella vuelve a suspirar, se acomoda mejor sobre el colchón de la cama, jugando ahora con los mechones de su cabello mientras baja la vista.

—No fue la reacción que esperaba —confiesa —creí que iban a gritarme, o a estar furiosos conmigo, pero creo que más bien...ambos están decepcionados —murmura. —y es una reacción entendible.

—Tienes que darles tiempo —pronuncio con suavidad —no es una noticia fácil de procesar.

El silencio vuelve a consumirnos, un par de segundos más tarde, la observo llevar una de sus manos hacia su vientre, luego, las comisuras de sus labios se curvan hacia arriba revelando una sonrisa.

—¿Recuerdas cuando estábamos en la preparatoria y planeábamos justo esto? —inquiero —Un embarazo al mismo tiempo para que nuestros hijos fueran mejores amigos. —me recuerda.

Una leve risa abandona mi cuerpo mientras asiento.

Recuerdo perfectamente esos momentos, ambas pasábamos horas platicando sobre la manera en la que deseábamos que nuestro futuro fuese, era curioso ver como nada de eso resultó de la manera en la que ahora sucedía. De hecho, está muy lejos de parecerse a nuestros deseos de adolescentes soñadoras.

—Éramos unas adolescentes con las hormonas alborotadas —admito entre risas.

Ella lo hace también, ambas reíamos ante la idea de lo diferente que era ahora.

—Pero creo que algo salió como estuvo planeado —pronuncia con diversión —nuestros hijos se llevarán apenas unos meses —informa.

—Así es, y estoy segura de que serán los mejores amigos, así como nosotras —afirmo.

Ella está por darme una respuesta, sin embargo, el sonido de mi celular lo impide. El nombre de William se lee en la pantalla, así que deslizo el símbolo para conseguir responderla.

—Hola —saludo.

—Hola, Ann —el cansancio es evidente en su voz —Solo llamo para decir que llegaré tarde a casa, la empresa va a consumirme más tiempo del planeado —informa —le diré a Lisa que esté pendiente por cualquier cosa que necesites ¿de acuerdo?

—Claro, de acuerdo —afirmo —Pero...

La llamada se cuelga antes de que pueda continuar hablando. Una mueca se dibuja en mis labios mientras observo la pantalla del celular apagarse.

—¿Todo en orden? —elevo la mirada cuando la voz de Montserrat se escucha.

—Si —respondo con una leve sonrisa —todo en orden.

Ella arquea una de sus cejas, la mirada profunda que me dedica me hace rodar los ojos.

—No me mires así —pido —no es de importancia.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Where stories live. Discover now