Cuarenta y nueve (*)

54K 2.9K 138
                                    


ANNA.

Casi una semana después, todo parecía estar nuevamente en su sitio. Kate y John habían logrado superar sus problemas luego de que Kate le diera la noticia y en estos momentos estaban prácticamente juntos.

Aunque al principio a Will no le agradó demasiado la idea de ellos dos juntos, conforme los días fueron pasando él comenzó a aceptar el hecho de que no podía hacer nada y su agrado hacía Kate parecía regresar progresivamente.

—Debemos comenzar a ver la habitación de nuestra nena ¿No crees? —Elevo la mirada en cuando escucho la voz de William, el entra a la habitación lanzándome una sonrisa mientras se deja caer sobre la cama con una revista sobre decoración de interiores entre sus manos.

—Ya casi vas a cumplir siete meses, no queremos que luego nuestra bebé no tenga donde dormir —Habla abriendo la revista mientras adquiere una posición más cómoda.

—Si no me equivoco, habíamos quedado en que iba a dormir con nosotros ¿Recuerdas? —Cuestiono con curiosidad.

—Lo recuerdo perfectamente, pero aun así podríamos ver las cosas —Se encoge de hombros mientras se coloca boca abajo en la cama para comenzar a hojear la revista.

— ¿No sería mejor ir a alguna tienda y escoger las cosas ahí? —Sugiero mientras me acomodo mejor en la cama.

Will eleva su mirada para observarme.

—También podemos hacer eso —Responde. —Pero mientras vamos podemos ver esta revista —Contesta elevándola para que pueda verla.

—¿De dónde la has sacado? —Inquiero tomándola para poder ver su contenido.

—Mi madre me la ha dado ayer cuando fui a buscar unos papeles a la casa. Dice que nos puede ayudar —rueda sobre la cama quedando ahora boca arriba, revuelve su cabello con una de sus manos sin apartar la mirada de mí. William era demasiado inquieto en la cama, jamás había conocido a alguien que se moviera tanto como él lo hace, un ejemplo es en estos momentos, en los cuales no llevábamos ni cinco minutos, pero ya había cambiado de posición tres veces.

—Tiene decoraciones muy bonitas. Podemos ver alguna que nos guste y luego ir a la tienda para ver si encontramos las cosas. —Respondo sin mirarlo.

—O podemos simplemente pedir las cosas de la revista por el teléfono que marca ahí, así nos evitamos la ida a la tienda ¿No crees que es más fácil?

Ruedo los ojos mientras niego.

—¿Qué hay de divertido en pedir las cosas por teléfono? —inquiero —nos quita la experiencia de comprar las cosas para la habitación de nuestra hija.

—Jamás entenderé por qué a las mujeres les gusta complicarse la vida. —Se incorpora mientras me lanza una mirada curiosa. —No tenemos nada mejor que hacer ¿por qué no vamos?

—¿Ir ahora? —inquiero sonriendo.

—Sí, es temprano y podemos tomarnos el día. De hecho, llamaré a mi secretaria para que cancele cualquier pendiente, hoy seré todo tuyo.

Una sonrisa tierna de coloca en mis labios mientras lo observo tomar su celular y hablar con la chica en la línea. No demora demasiado, un par de minutos después, se gira hacia mí.

—Listo, así que ¿vamos?

Sonrío, incorporándome y asintiendo levemente.

—Déjame cambiarme de ropa y vamos —pido.

William aguarda recostado en el colchón de la cama mientras me dirijo al armario, intento no demorar demasiado, cerca de veinte minutos cuando me encuentro satisfecha con mi aspecto, nos marchamos de casa.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Where stories live. Discover now