Veintinueve (*)

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ANNA

La luz blanca me ciega en el momento en el que intento abrir los ojos, así que me veo en la necesidad de cerrarlos de nuevo. Un quejido brota de mis labios cuando me remuevo y el dolor en mi vientre se presenta.

Un nuevo intento de abrir los ojos hace que comience a acostumbrarme a la luz brillante del lugar en el que me encuentro, un par de voces ligeras se escuchan así que cuando consigo abrirlos por completo, enfoco a las dos personas frente a mí.

Casi de manera inmediata reconozco a Montserrat, ella voltea, justo en ese momento y parece verdaderamente aliviada de verme abrir los ojos.

—Gracias al cielo que despiertas —Suelto un quejido en cuanto siento los brazos de mi mejor amiga rodearme por completo.

—No tan fuerte —Pronuncio débilmente.

Mi cuerpo se sentía cansado, demasiado, como si no consiguiera tener las fuerzas suficientes para hablar siquiera.

—Nos tenías muy preocupados —Montse se separa de mí y coloca ambas manos en mis mejillas para después volver a abrazarme. Cuando se ha separado puedo ver que no somos las únicas en la habitación.

Reconozco a Dann, el mejor amigo de William detrás de mi amiga. Es prácticamente imposible pasar desapercibido el golpe que tiene en el pómulo izquierdo, y la inflamación de la esquina de sus labios. No es hasta ese momento en el que los recuerdos parecen llegar a mí de forma abrupta, causando que la sensación de temor se filtre de nuevo en mi organismo.

— ¿Tú eras el...? —No logro terminar la frase.

Dann asiente ligeramente.

—Iba a entregarle unos documentos a William cuando recordé que había salido de viaje, estaba por quitarme cuando te escuché gritar y decidí subir a ver qué pasaba.

—Gracias —le regalo una sonrisa, él me devuelve el gesto mientras camina hasta colocarse en el borde del sillón.

—No nada que agradecer, volvería a hacerlo si estuvieras en peligro Anna, eres de la familia —asegura. —El doctor dijo que estabas bien, pero ¿él intentó hacer algo? —se exactamente a lo que se refiere, así que niego.

—Varios golpes fue todo lo que recibí de él —informo y puedo jurar que luce muchísimo más aliviado ahora. —¿Lo atraparon? —inquiero.

—Logro escapar —Mi corazón comienza a acerarse. El temor de que pueda regresar hace acto de presencia en mi pecho. —Anna no te preocupes, Will y tu padre encontrarán al mal nacido intentó hacerte daño y lo hundirán, ya verás.

Antes de que pueda decir algo la puerta se abre, por ella entra un hombre de no más de cuarenta años vistiendo una bata blanca. Con todo lo que estaba pensando no me había percatado que me encontraba en una habitación de hospital.

—Es bueno verte despierta Anna —Habla el doctor. — ¿Cómo te sientes?

—Adolorida —Respondo haciendo una mueca. El celular de Dann comienza a sonar y él se disculpa antes de salir de la habitación.

—Bien. Podrás irte en unos momentos, no tienes ninguna lesión grave solamente te daré algunos medicamentos para el dolor y la inflamación de los golpes.

Asiento ligeramente y el doctor anota algo en la libreta que mantiene en sus manos. Luego me da un par de indicaciones más y sale de la habitación.

—Debí quedarme contigo —Miro a Montse quien se sienta a un lado de la cama.

—No te culpes, no tenías forma de saber que algo así pasaría. Ni siquiera yo tenía idea.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Where stories live. Discover now