Veintiocho (*)

68.4K 4K 199
                                    

William

Un par de días después el sentimiento de que algo no iba bien no abandonaba mi sistema. Había llamado a Anna tanto como me fue posible, intercambiábamos mensajes durante todo el día, y mi concentración era prácticamente nula, sabía que no podía continuar de esta manera, pero no encontraba nada más que hacer para eliminarla de mi organismo.

Un par de chasquido suenan contra mi rostro, haciéndome parpadear con rapidez y elevar la mirada. Sebastián, uno de los socios con los que renovaríamos contrato en la empresa me observa con diversión mientras aparta la mano de mi rostro.

—¿Me estás escuchando William? —inquiere con burla.

—Lo siento, estaba en otra cosa —confieso suspirando —¿qué decías? —lo observo, esperando que continúe con lo que sea que estaba diciendo.

—No importa —hace un ademán con la mano para restarle importancia mientras se acomoda en el sillón —mejor dime ¿qué es lo que te tiene tan distraído?

Niego, no quería decirle porque seguramente terminaría coincidiendo en que eran paranoias mías. Y no necesitaba eso, que los socios comenzaran a pensar que había perdido la cabeza.

—No es nada —mascullo sin mirarlo —mejor sigamos con esto —añado señalando los papeles frente a nosotros —Necesito regresar pronto a casa —confieso.

No insiste, así que pronto nos encontramos en un nuevo intento de terminar con el papeleo que teníamos enfrente, él habla, explicando los términos y yo hago mi mejor intento por prestar atención.

Mis esfuerzos son en vano, pareciera que mi mente no consigue procesar lo que las letras frente a mí expresan, leo una y otra vez el primer párrafo sin captar la idea de lo que dice, maldigo mentalmente antes de sacudir con ligereza la cabeza, necesitaba concentrarme.

—De acuerdo, esto va a ser imposible —escucho hablar a Sebastián —No es común que estés tan activo —responde —y que no consigas entender lo que las hojas frente a ti dicen.

—¿Cómo...?

—Tu semblante es bastante expresivo —responde con burla. —¿Qué ocurre contigo? ¿Tengo que llamar a tu padre? —cuestiona con diversión.

Niego. Aparto los documentos del escritorio mientras me recargo contra el respaldo del sillón. Paso ambas manos por mi cabello, intentando encontrar la manera adecuada para expresar lo que sucedía y que no terminarán pensando que había perdido la cabeza.

—Antes de salir de casa, recibí un mensaje de un número desconocido —saco el celular de mi bolsillo para buscarlo, cuando lo encuentro, se lo entrego. —Desde ese momento no me he podido quitar la sensación de que algo va a ocurrir, mi esposa está sola en casa y...—sacudo la cabeza —probablemente solo son paranoias mías, no debe de ser nada importante.

—Probablemente si —concuerda —pero no perdemos nada con averiguar qué ocurre —añade.

—¿Y cómo haremos eso?

—Alex es un chico recién ingresado a la empresa, es un genio en computación —informa mientras me hace un ademán para que me incorpore —está aquí justo ahora ¿quieres que lo intentemos? Él podría rastrear el número sin problemas.

—Si —respondo sin dudarlo. —Vamos.

Ambos salimos de la oficina y lo sigo por los pasillos, me sentía extraño de no conocer el camino hacia dónde íbamos, no solía venir a esta empresa, mi padre era el que se encargaba de hacer la mayoría de viajes de negocios, pero ahora que mi abuelo me había dejado oficialmente al frente de todo, tenía que comenzar a hacerlo.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Where stories live. Discover now