Treinta y cuatro (*)

65.1K 3.6K 313
                                    

William.

Dos semanas después, la nueva casa estaba completamente lista para poder habitarla. Nuestras cosas estaban ahí y ahora, el departamento en el que nos encontrábamos lucía demasiado vacío.

—Listo, podemos irnos —pronuncia Anna colocándose a mi costado. Se acomoda el bolso sobre uno de sus hombros, antes de entrelazar nuestros dedos.

—No quiero ponerlo a la venta —confieso dando una última mirada al lugar. —Es innecesario que lo conserve, pero tampoco quiero deshacerme de él. Fue mi hogar por largo tiempo, esto suena ridículo ¿no es así? —inquiero.

Anna niega.

—Para nada, fue tu hogar, evidentemente no querrás deshacerte de él —asegura —no tienes que ponerlo a la venta, puede quedarse así —sugiere señalando a nuestro alrededor. —Justo como se encuentra ahora.

—Podemos hacer algo más —pronuncio —Creo que lo conservaré por un tiempo.

Ella sonríe, me dedica un leve asentimiento antes de darle una última mirada al sitio en el que nos encontrábamos. Las sábanas blancas cubrían los escasos muebles que habían quedado, las lámparas y algunas decoraciones que no consideramos necesarias en nuestra nueva casa.

—¿Nos vamos? —inquiere con suavidad.

Asiento.

Ambos caminamos hacia la puerta, cuando llegamos, lanzo una mirada sobre mi hombro. Un aire melancólico se instala en mi pecho, esta casa había sido testigo de todas las cosas que había pasado con Anna. Nos había visto reír, llorar, pelear. Había sido testigo de todas las veces que ambos quisimos escapar de esto, pero al final siempre volvíamos a lado del otro.

— ¿Todo bien? —La voz de Anna me hace salir del pequeño trance en el que me encontraba. La observo por un par de segundos antes de poder responder.

—Todo perfecto. —Ella sonríe ligeramente y luego ambos retomamos nuestro camino. Cierro la puerta y coloco el seguro antes de guardas las llaves en mi bolsillo.

El camino hacia el auto lo hacemos en silencio, reviso mi celular con la mano que queda libre en cuanto siento que este comienza a vibrar con demasiada insistencia. No me preocupa caerme ya que el agarre que Anna ejerce en mi mano me guía, además sé que ella me avisará si estoy por tropezar con algo.

—Escalón — Alzo el pie en cuanto escucho a Anna hablar, pero no logro asentarlo en ningún escalón por lo que tropiezo con mis pies.

La risa de Anna no se tarda en escuchar. Me observa con burla mientras ríe y yo ruedo los ojos.

—Muy graciosa —Respondo guardando el celular cuando ya nos encontramos cerca del auto, no pasa demasiado tiempo hasta que Anna se detiene por completo, logrando que, debido al agarre en nuestras manos, yo lo haga también.

Mantiene su vista fija en un punto lo que me hace seguir su mirada. Al momento en que lo hago, dejo un apretón en la mano de mi esposa.

Adam Harris, el padre de Anna se encuentra parada a un lado de nuestro auto. Mantiene su vista fija en nosotros mientras avanza los pocos metros que nos separan.

—Parece que van a mudarse —pronuncia colocándose frente a nosotros —No nos dieron la noticia.

—No era necesario —respondo intentando mantener un todo amable —¿Se le ofrece algo, señor Harris? —inquiero cuando Anna permanece en silencio.

Ella no había mantenido el contacto con sus padres desde el incidente con Joan, pareciera que quería mantenerse alejada y si ella lo deseaba, yo no era nadie para cuestionarla.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz