Él era una bomba de tiempo, que en algún momento iba a explotar por todas las cosas que se guardaba para el mismo.
Ganadora tercer lugar HuntedAwards18.
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Me desperté por los rayos de sol que golpeaban mi cara. Abrí mis ojos lentamente, parpadeando varias veces para así poderme acostumbrar a la luz. Traté de moverme hacia el lado contrario pero unos brazos me lo impedían. Bajé mi mirada a los musculosos brazos llenos de tatuajes que abrazaban mi cintura. Una respiración tranquila movía levemente mi cabello que se encontraba en mi cuello. Una sonrisa se formó en mis labios al sentir esta cálida sensación, sus brazos al rededor de mi, su respiración en mi cuello, y brindándome un calor que nadie más podría darme.
Comencé a moverme lentamente hasta quedar frente a Harry. Comencé a ver delicadamente sus perfectas facciones. Sus ojos cerrados ocasionando que sus pestañas cayeran como cascadas oscuras, sus labios rojizos ligeramente entreabiertos, sus mejillas de un perfecto color carmesí, los rayos del sol golpeaban su cara haciendo que su piel brillara y tomara un color más bronceado, y por último, su cabello ligeramente desordenado, haciendo que mi deseo de acariciarlo aumentara.
Me levanté de la cama con sumo cuidado, fui a mi bolsa que se encontraba en el sofá del cuarto y busqué mi cámara hasta encontrarla. La prendí y me acerqué a la cama nuevamente. Me subí y caminé con mis rodillas hasta llegar a Harry. Seguía durmiendo en la misma posición de antes que me fuera. Comencé a enfocar el lente de mi cámara, hasta que quedara perfectamente enfocado. Dios, se veía jodidamente bien en las mañanas. Comencé a tomarle varias fotos mientras seguía dormido, en diferentes ángulos.
Se acomodó con la espalda pegada totalmente a la cama, una mano en su pecho y otra en la cama. Coloqué mis piernas a cada lado de su cadera, sentándome en su regazo con cuidado de no despertarlo. Comencé a tomarle fotos nuevamente. Su cabello se veía más sexy que nunca. Llevé mis manos hasta su cabello, acariciando y desenredando su rizos que eran casi inexistentes por su repentino corte, volví a tomar otra foto mientras seguía acariciando su cabello.
Me bajé de su regazo y dejé mi cámara en el buró de noche a lado de la cama. Me acomodé en la cama como estaba antes de despertar. Frente a frente a Harry. Seguí acariciando su cabello hasta que sus brazos me pegaron más a su cuerpo, acomodó su cara entre mi cuello y hombro. Abracé su cuello con mi brazos pequeños. Comencé a hacer círculos con mis dedos en su hombros y espalda desnuda. Soltó un gemido haciendo que sintiera mariposas en mi estomago.
Apliqué pequeños besos sobre su hombro derecho, subiendo lentamente a su cuello y también depositando varios besos ahí. Cuando estuve a la altura de su mandíbula dejé un mas ahí hasta llegar a su oído.
-Despierta amor. -Susurré en su oido, acaricié su cabello con mis fríos dedos. Se retorció un poco y escondió más su cara en mi cuello.
-No quiero. -Murmuró sobre mi cuello. Sonreí divertida ante la infantil respuesta de su parte.
-Prepararé panqueques, tus favoritos. -Chantajé. Comenzó a dar besos en mi cuello hasta que separó su cabeza y me vio a los ojos. Sus ojos estaban ligeramente hinchados y un poco rojizos. Sonrió sin enseñar los dientes.
