Este era el trabajo más aburrido en todo el mundo de eso estas segura. Claro, soñaste con ser una cantante, que cantarias en los bares elegantes y en los lujosos clubs de Nueva York, fumando todos los cigarrillos que quieras en secreto, pero cuando tu madre te dijo que consiguieras una vida buscaste una. Alguna vida. Santana Lopez, joven, hermosa ( o eso te han dicho) un poco demasiado habladora para tu propio bien estas aquí en la gran ciudad trabajando en el departamento de soporte técnico, mayormente tomando llamadas de viejas señoras quienes, que aun en el día de hoy y a su edad, no tienen idea de como prender una maldita computadora, mucho menos de crear su propia red doméstica o , dios lo prohíba, hacer correr el antivirus. Si nadie fuera tan idiota probablemente te sacarían del trabajo, aunque tampoco es que esa posibilidad te ponga demasiado triste.
Te casas en 3 meses.Tus padres incluso están pagando por la boda, están felices de que te estés casando con el chico con el que saliste toda la secundaria y que es el amor de tu vida. El único amor de tu vida. Sam es lindo, rubio, un tonto divertido – muy al contrario de ti y aun asi lograron hacerlo funcionar. El logra hacerte reir y es realmente dulce, y de acuerdo con tus amigos (que no es que tengas muchos) eso es algo difícil de encontrar así que, cuando se arrodillo frente a ti en Domino's dijiste que si.
Pero no estas entusiasmada, ni siquiera un poco.
De hecho, estas algo deprimida. Quizás es el trabajo, la monotonía de la rutina del día a día, quizas es Sam, no tienes idea pero nunca te has sentido tan extraña incluso cuando solo tienes 25 años, sientes que estas cumpliendo 50. Tu tiempo en la universidad fue probablemente lo más interesante que vas a tener en tu vida: Te embriagabas ocasionalmente, aprendías nuevas cosas y demonios! Hasta te besaste con una chica una vez. Ahora te estas asentando o al menos eso crees y aun así no puedes sacudirte la sensación de vacío de tu corazón y cabeza. No estas completamente satisfecha como ha resultado tu vida o, aunque te aterre pensarlo, a donde esta yendo.
La vida se mueve demasiado rápido.
Es el almuerzo y como cualquier otro día laboral a la hora del almuerzo, estas en un Starbucks muy lleno porque literalmente no puedes soportar estar en tu oficina, mucho menos en el edificio y por eso te encuentras con Quinn, tu mejor amiga, aquí. La rubia siempre fue inteligente, articulada y trabaja en leyes y sorprendentemente tenía más historias de horror relacionadas con el trabajo que tu asi que ambas estaban en el mismo bote. Algo así. Ella es una madre soltera criando a un niño por su cuenta y, a pesar de que tu no lo dices seguido, o nunca para ser honestos, tu sientes algo de admiracion
Ella te mira a través de la mesa, con el vapor caliente de su cappuccino subiendo, estudiándote como si supiera que algo esta mal. Ella te conoce mejor que tu misma lo haces, y estos días estás comenzando a cuestionarte el hecho de conocerte realmente.
Tu bajas tu café con un sonoro golpe y disparas una mirada impaciente-..sé que te está picando decir algo Quinn asi que escúpelo, odio cuando estas así de rara y callada. Me hace creer que eres una asesina o algo..-dices rápidamente, sintiéndote incomoda con el largo silencio
-Solo estaba pensando..-sonríe un poco, tomando un sorbo de su bebida caliente-..en que regalarles a ti y a Sam el dia de su boda.
-Oh..-Suspiras, incapaz de enmarcar tu decepción. Realmente no te importa, si algo no quieres hacer es hablar sobre ello ¿Qué hay de genial en las bodas de cualquier manera? Solamente quieras que el día venga y se termine rápido y que las personas dejen de molestarte con ello
-También estaba pensando que te pasa..-agrega.
-¿Que quieres decir?.
-Oh vamos Santana..-suspira como si el juego acabase de terminar-..Te estas casando y aun así no creo haberte visto nunca tan miserable.
