Tomas el elevador al piso siete y las puertas se abren con un sonido suave, este piso es menos escalofriante. Comienzas a caminar por un pasillo angosto y notas que el lugar esta igual de vacío pero que al menos hay una bonita alfombra color crema e imágenes de plantas en la pared. Tu sigues hacia adelante y te fijas en que el recepcionista es un hombre, vestido en un estilo extraño: un blazer marrón con un pin del rostro de un rinoceronte sujeto a el y Dios! estas tan cerca de insultarlo. Enserio quieres decirle algo pero mantienes tu lengua quieta cuando él te ve.
-Buenas tardes, mi nombre es Kurt Hummel, ¿puedo ayudarla?..-sonríe educadamente, su voz es suave y femenina, ahora estas algo feliz de no haberlo insultado porque su sonrisa y presencia calman
tus nervios casi instantáneamente.
-Si eh hola….yo tenia un turno con Brittany Pierce..
-Oh...-dice viéndose sorprendido por un segundos-..muy bien solo ve por el corredor. Esta en la habitacion 47..-agrega señalando con la mano.
Tu asientes de nuevo y comienzas a caminar, por alguna razón deteniéndote a mitad de camino con la fuerte urgencia de regresar y olvidar todo esto. Giras la cabeza y ves que Kurt te observa desde su escritorio, te da una sonrisa y saluda desde allí dándote valor y eso hace que te preguntes si el sabe que estas nerviosa. Tu intentas tu mejor sonrisa y sigues.
Sala 45…Sala 46….
Sala 47. Es una puerta blanca con números dorados en una placa y una manija, no es siquiera remotamente significante y sin embargo te encuentras observándola fijamente. La forma en la que Quinn hablaba de esta mujer como si fuera el mismisimo Jesus y pudiera convertir el agua en vino y arreglar todos tus problemas. Lo que sea, te preguntas si deberías golpear pero Kurt dijo que estaba allí así que probablemente te estaría esperando ¿o no?
Sujetas la perilla y abres la puerta. Normalmente escanearías la habitación y notarias el bonito escritorio y la gran vista desde la ventana, la mesa ratona en el medio de la habitación y el gran asiento de cuero color mocha que tiene un una silla de cuero a su lado. El conjunto era bastante cliché pero tu mente apenas logra procesar una parte de todo esto porque la mujer sentada en la solitaria silla de cuero, frente al largo sofa, tiene toda tu atención.
-Eh…¿Hola?..-tu voz tiembla y sientes los nervios correr por tus venas de nuevo.
Estas como paralizada. Ella no es lo que estabas esperando, para nada. Estabas imaginando a alguna mujer de mediana edad en ropas puramente profesionales y en vez de ello estas encontrando con una mujer joven, quizás de tu misma edad, vestida a la moda. La mujer esta encorvada en la silla, los pies colgando por un apoyabrazos y su cabello recogido en un rodete flojo, usa jeans de un azul claro, una camisa y zapatos negros. Te da una sonrisa y un globo de goma de mascar se infla desde sus labios. Está sentada y masticando chicle como una maldita adolecente.
-Como va?...-Su sonrisa se amplía mientras inclina su cabeza con un gesto para que te adentres en el cuarto.
"Aparentemente también habla como una."..
-Uhm...-peleas por palabras mientras cierras la puerta detrás de ti. Esperabas algo más profesional, ¿no se suponía que esta mujer tenía una buena reputación en su trabajo? Quizás esta mujer no es siquiera Brittany, quizás es su hija o algo así.
Deja de masticar, saca su chicle y lo dispara a través de la habitación donde cae perfectamente en el basurero.
-Hey..-dice alegremente, parándose de su silla y acercándose a ti-..Soy Brittany, encantada de conocerte..
Ok, esta si es Brittany.
La miras y entre todas las palabras que conoces encuentras difícil encontrar alguna.
