Te sientes renovada tras bañarte y ponerte ropa limpia, incluso te ha dejado de bombear la sangre por tu cuerpo a un ritmo desenfrenado y tu mente se ha librado de Brittany, bueno, tan libre como puede ser. Pero no te puedes quedar aquí por siempre así que te pones una remera y unos shorts de jeans, suponiendo que será seguro tomar un baño de sol en el pórtico, ¿nada puede sucederte allí verdad?
Cuando vuelves a salir el sol está más alto en el cielo casi en el ángulo perfecto para iluminar la silla debajo de la ventana de la cocina, así que aprovechas la oportunidad y das un vistazo rápido hacia el tronco donde cortaba los leños. Esta vacío, solo queda el hacha trabada en la madera. Tu suspiras aliviada y te sientas, Brittany probablemente seguiría revisando el resto del territorio el cual es enorme asi que estas a salvo, por ahora.
Has estado bronceándote por unos 30 minutos cuando Sam estaciona su camioneta. Te sientas derecha y ves como su pequeño padre de cabellos grises sale junto a Ted.
-Los dos se ven horribles..-sonríes con malicia viéndolos entrar al pórtico.
-Deja de gritar!..-gruñe el señor Evans.
Tu solo ríes porque el siempre es un viejo cascarrabias pero ahora parece serlo aún mas.
-Tienen resaca...-dice Sam dándote una falsa sonrisa comprensiva.
-Nunca lo hubiese adivinado..-dices poniendo los ojos en blanco. No entiendes como es que la Señora Evans soporta vivir con una familia llena de hombres inmaduros, y eso incluye al ya viejo Señor Evans ¿estarías mirando tu futuro? Tu y Sam quizás iban a tener hijos algún día ¿Irias a quedar atrapada en la cocina haciendo todo el trabajo mientras ellos pelotudean?
Te retuerces en la silla, incomoda.
El señor Evans va para adentro.
-Woah...¿quien es esa?..-Ted preguntando gestuando a la distancia.
Te levantas y puedes ver a Brittany caminar por los campos en dirección a la casa aun vistiendo de la misma forma que antes y haciendo que tu estomago se apreté por muchas razones. Este es el tema con los hombres en la familia Evans: No disimulan, para nada.
-Brittany, la concejera de Santana, también es quien compro este lugar..-dice Sam.
Ted frunce el ceño y te mira raro.
Él es un sureño del campo bueno para nada y tú eres una exitosa mujer de ciudad, aun asi eres tu la que esta avergonzada en este momento
-Demonios, es terriblemente sexy. Creo que es tiempo que salude al Teddy..-dice sonriendo presumidamente y alejándose antes de que puedas frenarlo.
"Carajo.."
Esto te enferma, no quieres que la conozca o le hable o la toque. Si tu notaste la falta de brasier en Brittany y su cuerpo traspirando y...
Sin duda él lo haria.
-Dile que se aparte, Sam..-le adviertes.
-Asi es Teddy..-dice encogiéndose de hombros.
-No, lo digo en serio..-le saltas-..Ella es mi concejera bien?, y es muy raro y no quiero que se mezcle con la familia ¿entendido?..
Sam te mira y capta que hablas enserio-..Ok San, relájate me asegurare que nada ocurra entre ellos dos . Cuando vuelva le dire que se mantenga en sus pantalones..
Te enferma más ese pensamiento-..Ok..-suspiras aliviada-..Gracias..-dices acercándote para dejar un beso ligero en su mejilla y no sabes porque pero estas deseando que Brittany lo haya visto.
Tu sensación de nausea regresa tan pronto ves que Ted y Brittany están más cerca y que puedes oírla reír. Tu estomago se hunde a nuevas profundidades, te sientes idiota y como si fueras a llorar. Luego te sientes idiota por sentir que vas a llorar. Pensabas que esa risa era tan solo para ti, esa que normalmente causa que tu estomago salte pero que ahora parece haberlo matado. Odias sentirte asi ¿Qué demonios te pasa?