Capítulo 11.

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Aún me encontraba totalmente quieta en el patio del centro mirando a Miller que vociferaba insultos y negaba con su cabeza

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Aún me encontraba totalmente quieta en el patio del centro mirando a Miller que vociferaba insultos y negaba con su cabeza.

El maldito protocolo quince, como bien me había explicado se trataba de un sistema de colocación de reclusas. En esta cárcel hay cinco módulos, cada uno de ellos se reparten en quince celdas — de allí se llevaba el nombre — con cuatro reclusas en cada una de ellas.

Resultaba necesario identificar a las prisioneras que se consideraban peligrosas, en un principio por un delito agravado de homicidio o por un mal comportamiento carcelario. Cada una de ellas llevaban un brazalete azul que servía, no solo de precaución, sino también para organización del centro. Por seguridad y por razones edilicias debería de haber sí o sí una — y solamente una — prisionera peligrosa en cada celda.

En el momento que yo entré aquí me otorgaron el patético brazalete azul, debido al cargo de homicidio que, ellos mismos, consideraban agravado al culparme por el asesinato de una agente policial. Trish, que en reiteradas ocasiones había sido protagonista de diversos motines y enfrentamientos, se la comenzó a considerar como reclusa peligrosa luego de ser la cabeza principal de mi brutal golpiza.

Lo lógico y lo que Anderson no entendió, es que si Trish volvía a la celda, dos de las reclusas peligrosas del módulo estarían conviviendo juntas, algo que según el protocolo quince, que justamente era el argumento a favor de la misma directora, no era posible. 

Jacob, no había sido capaz de darse cuenta el error totalmente inconsciente de West.

Si de verdad ella creía que había asesinado a sangre fría a su colega, no hubiera dudado un segundo en el cambio de celda, sobre todo sabiendo que podría vengarme de Trish y que ella misma podría terminar como lo hizo la señora Williams.

— Hablaré con la Directora West — dije decida comenzando a caminar.

Christopher me observó y me tomó del brazo rápidamente. Me llevó detrás de una de las gradas del patio evitando las cámaras y me puso frente a él.

— ¿Te estás escuchando? ¿Estás loca? — me preguntó.

— ¡Estoy demasiado consciente para darme cuenta que aquí todo el mundo sabe que yo soy inocente! ¡Y por alguna razón, que no sé, me quieren culpar a mí del asesinato de tu antigua jefa! — exclamé a los gritos.

— ¡Baja la voz! ¡Tranquilizate! — me reí al escucharlo.

¿Tranquilizarme? 

¡Me pide que me tranquilice! Estoy totalmente incomunicada por justamente órdenes de la directora West y probablemente me van a matar la próxima noche y no podría demostrar mi inocencia. Y para peor de los casos, la misma dirección de la cárcel sabía que yo no había asesinado a nadie y de todos modos me querían aquí.

Miller apretó sus dientes y respiró pesadamente.

— Tenemos que ser inteligentes, actuar con delicadeza. Por alguna razón te quieren aquí dentro... tenemos que averiguarlo sin que ellos sepan — me explicó observando.

• Código de Ética - (Finalizada)Where stories live. Discover now